martes, 22 de noviembre de 2016


UN GUERRILLERO ANALFABETA PATRIOTA Y MARTIR

Wilson A. Acosta S. Artículo reeditado

El 19 de noviembre del año l911 fue asesinado el presidente Ramón Cáceres (mon); cuyo gobierno le dio al país unos años de relativa paz y de progreso, poniendo particular empeño en su gestión, además de la construcción de obras importantes, terminar definitivamente con el caudillismo rural, fenómeno social que como un cáncer destruía las entrañas de la sociedad dominicana desde 1899.

Combatió la especulación ejercida contra el pueblo pobre hasta el extremo de evacuar un decreto que castigaba con prisión y cien pesos de multa a aquellos ganaderos que mesclaban con agua la leche que expendían al pueblo pobre...

Mon Cáceres fue interceptado y muerto por el general Luis Tejera un joven de buena familia, temerario y ambicioso, que hacia vida política en la capital de la república, hijo del historiador Emiliano Tejera amigo y colaborador del presidente, lo interceptó con un grupo de conjurados cuando confiado el mandatario se paseaba en la “victoria presidencial” por las cercanías de Haina en la carretera del oeste de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán.

El general Luis tejera herido en una pierna por sus perseguidores no pudo huir por lo que fue capturado y muerto de una forma bárbara por órdenes del general Alfredo victoria, jefe de la guardia de Mon.

Emiliano Tejera al enterarse de la forma cruel en que fue muerto su hijo por sus ejecutores, exclamó con dolor la siguiente frase: ¡bien muerto, pero mal matado!... palabras que retratan la compleja situación en que lo colocaba el destino y los sentimientos encontrados que atormentaron su corazón en aquel momento ante estos dos actos de barbarie humana: la muerte del presidente amigo y la despiadada muerte dada a su hijo.
Después de estos lamentables hechos surgió en el país un estado de confusión y de pugnas irreflexivas que ha sido recordado como el vergonzoso periodo de Concho Primo.

A partir del año de 1912 los seguidores de Juan Isidro Jiménez, Federico Velázquez, la anárquica conducta del famoso general Desiderio Arias y Horacio Vásquez, éste último participante junto al presidente asesinado en la conjura que dio al traste con la vida y la dictadura de Lilís, además señalado por el rumor como autor intelectual o al menos instigador del magnicidio del presidente Cáceres, iniciaron gobiernos que la intolerancia y los intereses desmedidos de algunos caudillos inciviles oponían hasta lograr su derrocamiento.
¡Cuántas cosas pasaron después de la desgracia que para el país constituyó el vil asesinato de Ramón Cáceres!
El territorio nacional era azotado por vientos de discordia. Sólo se vislumbraba en el horizonte presagios de rebeliones que ocupaban las mentes de las mayorías ignaras, guiadas por hombres sin escrúpulos, decididas a combatirse entre sí, hermanos contra hermanos, desconociendo el inminente peligro que en esos momentos asechaba al país, a su soberanía y a su libertad. A nadie se le ocurrió pensar en el progreso de las instituciones ni en la felicidad de la familia dominicana.

Enfrascados pues en esa locura, sorprendió a los dominicanos la humillante y oprobiosa ocupación americana en el año de 1916. Oprobiosa ocupación que parió la férrea dictadura que inició en el año 1930 y permaneció por treinta y un años gobernando el país.

Neiba, Para esa época fue protagonista de una página de heroísmo, hasta hoy desconocida por muchos, razón por la que nos hemos animado a regalarla a los amantes de la historia vernácula convencido de su autenticidad, porque la fuente de ella, mi padre, Manuel A. Acosta (Ripipín) tuvo la oportunidad de tomarlas de primera mano.

ANDRÉS CUEVAS (Anduquita) Aunque analfabeto tenía sentimientos nacionalistas, los que le impulsaron el día 16 de agosto del año 1916 a pronunciar el pueblo de neiba acompañado por quince de sus incondicionales compañeros en franca y abierta protesta por la invasión norteamericana.

A las cuatro de la mañana del día indicado tiroteó en la esquina nordeste del cementerio viejo del pueblo y minutos después siguiendo todo el trayecto de la calle que hoy lleva por nombre “Enriquillo “hizo lo mismo, contiguo a la casa de Rita y Lala medina prestantes damas del pequeño pueblo, en el punto donde comenzaba el “Camino de la República “o sea” el antiguo Camino Real” que conducía a la ciudad de Azua.

Nació en El Estero, hijo de José Ignacio Cuevas (a) ñaña y Catalina Pérez, desde niño demostró su afecto a la agricultura, pero, las tierras áridas de El Estero hacia que sus esfuerzos en el trabajo agrícola resultaran infructuosos. Circunstancia que lo impulsó a emigrar a “Palmar Bonito” de la loma de Panzo. Su trabajo lo llevó con éxito allí, donde construyó su hogar y formó su familia.

El GUERRILLERO: En el año de 1912 Anduquita tomó una decisión y se estrena como guerrillero. Así se convierte en revolucionario bajo los auspicios de general Luis Felipe Vidal.

Su primer enfrentamiento tuvo lugar en “Dos Brazos” paraje de Panzo, contra la guerrilla que comandaba, entre otros, Luis campos. Con pocos hombres bajo su mando peleó con una fuerza compuesta por más de sesenta hombres por espacio de seis horas. Hasta que llegaron en su ayuda algunos compañeros revolucionarios que se encontraban acampados en las inmediaciones de San Pulín para así terminar destrozando al enemigo.

Dícese que en este encuentro se enfrentaron disparándose con sus armas Anduquita y Luis y que este último fue herido de gravedad, habiendo sido transportado a la sección de Guanarate de la Común de Neiba para su curación por un médico o curandero, cuyos esfuerzos resultaron inútiles.

Los compañeros de Luis regresaron con su cadáver de Guanarate a Cambronal donde se le dio cristiana sepultura. Cuentan que mientras velaban a Luis en Cambronal, Anduquita con un grupo de sus hombres se presentó al velatorio con fines de asegurarse de que Luis, hombre de valor, estaba realmente muerto y que no se trataba de una simulación, cosa que era común en esos tiempos de persecución y muerte.

EL PATRIOTA Y MARTIR:
En el año de 1916 Anduquita no fue secundado por la población en su noble empresa patriótica de protesta armada contra la intervención norteamericana. Tuvo pues, que retirarse a las lomas de Panzo huyendo a la tenaz persecución de que era objeto, ya que los invasores enviaron a neiba una tropa a hacerlo preso y fusilarlo, comandada por el Capitán Edwards Robert soldado de la guardia marina norteamericana.
El guerrillero conocía al dedillo todos los escondites de la loma de Panzo esto sumado al aprecio que le profesaban los lugareños hizo imposible su captura. Pero la traición que está siempre al acecho terminó por entregarlo.

Los norteamericanos se valieron de Francisco Melo (panchito) un azuano residente en neiba colaborador de la intervención Norte- americana, falso amigo de Andrés Cuevas (a) Anduquita. Este hombre además de hacerle ver la imposibilidad de llevar a cabo sus propósitos en contra de la ocupación, lo embaucó dándole toda clase de garantías para su vida y ofrecimiento del cargo de Inspector de Alcaldes Pedáneos y armas de fuego para su uso personal y para los suyos. Éste rehusó con dignidad el cargo y las armas, pero aceptó la garantía de vida y libre tránsito para dedicarse al trabajo en sus propiedades agrícolas de “Palmar Bonito” en Panzo.

Al llegar con el amigo que lo entregaba a la comandancia militar de Barahona, fue detenido en el recinto con el pretexto de confeccionarle los papeles de su libertad.
Encerrado en una celda de la cárcel al otro día estaba botando el bache y cargando agua del rio Birán
Pocos meses después el soldado yanqui que lo conducía al rio en su acostumbrada faena le insinuó la huida, y él que se sabía perdido, huyo hacia los matorrales cercanos intentando burlar la persecución del diestro soldado.

Al fugitivo trepar por la barranca del rio el soldado que acechaba su presa lo vio y le disparó.
Dando término a la vida de Andrés Cuevas (a) Anduquita e iniciándose la leyenda del Guerrillero Analfabeto…Patriota y Mártir.

En su obra “ Cerros Ensangrentados “ Rafael L. Herasme Acosta expresa refiriéndose a la situación que imperaba en la región para la aciaga época : “ para cometer estos atropellos, ellos ( los invasores ) recibieron el apoyo servil de malos dominicanos entre ellos alcaldes, quienes hacían las veces de delatores de las personas que se oponían a la situación y muchas veces participaban materialmente en las represalias que imponia el ejercito invasor.


20-6-2009 Wilson a. Acosta s.


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