martes, 22 de noviembre de 2016


UN GUERRILLERO ANALFABETA PATRIOTA Y MARTIR

Wilson A. Acosta S. Artículo reeditado

El 19 de noviembre del año l911 fue asesinado el presidente Ramón Cáceres (mon); cuyo gobierno le dio al país unos años de relativa paz y de progreso, poniendo particular empeño en su gestión, además de la construcción de obras importantes, terminar definitivamente con el caudillismo rural, fenómeno social que como un cáncer destruía las entrañas de la sociedad dominicana desde 1899.

Combatió la especulación ejercida contra el pueblo pobre hasta el extremo de evacuar un decreto que castigaba con prisión y cien pesos de multa a aquellos ganaderos que mesclaban con agua la leche que expendían al pueblo pobre...

Mon Cáceres fue interceptado y muerto por el general Luis Tejera un joven de buena familia, temerario y ambicioso, que hacia vida política en la capital de la república, hijo del historiador Emiliano Tejera amigo y colaborador del presidente, lo interceptó con un grupo de conjurados cuando confiado el mandatario se paseaba en la “victoria presidencial” por las cercanías de Haina en la carretera del oeste de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán.

El general Luis tejera herido en una pierna por sus perseguidores no pudo huir por lo que fue capturado y muerto de una forma bárbara por órdenes del general Alfredo victoria, jefe de la guardia de Mon.

Emiliano Tejera al enterarse de la forma cruel en que fue muerto su hijo por sus ejecutores, exclamó con dolor la siguiente frase: ¡bien muerto, pero mal matado!... palabras que retratan la compleja situación en que lo colocaba el destino y los sentimientos encontrados que atormentaron su corazón en aquel momento ante estos dos actos de barbarie humana: la muerte del presidente amigo y la despiadada muerte dada a su hijo.
Después de estos lamentables hechos surgió en el país un estado de confusión y de pugnas irreflexivas que ha sido recordado como el vergonzoso periodo de Concho Primo.

A partir del año de 1912 los seguidores de Juan Isidro Jiménez, Federico Velázquez, la anárquica conducta del famoso general Desiderio Arias y Horacio Vásquez, éste último participante junto al presidente asesinado en la conjura que dio al traste con la vida y la dictadura de Lilís, además señalado por el rumor como autor intelectual o al menos instigador del magnicidio del presidente Cáceres, iniciaron gobiernos que la intolerancia y los intereses desmedidos de algunos caudillos inciviles oponían hasta lograr su derrocamiento.
¡Cuántas cosas pasaron después de la desgracia que para el país constituyó el vil asesinato de Ramón Cáceres!
El territorio nacional era azotado por vientos de discordia. Sólo se vislumbraba en el horizonte presagios de rebeliones que ocupaban las mentes de las mayorías ignaras, guiadas por hombres sin escrúpulos, decididas a combatirse entre sí, hermanos contra hermanos, desconociendo el inminente peligro que en esos momentos asechaba al país, a su soberanía y a su libertad. A nadie se le ocurrió pensar en el progreso de las instituciones ni en la felicidad de la familia dominicana.

Enfrascados pues en esa locura, sorprendió a los dominicanos la humillante y oprobiosa ocupación americana en el año de 1916. Oprobiosa ocupación que parió la férrea dictadura que inició en el año 1930 y permaneció por treinta y un años gobernando el país.

Neiba, Para esa época fue protagonista de una página de heroísmo, hasta hoy desconocida por muchos, razón por la que nos hemos animado a regalarla a los amantes de la historia vernácula convencido de su autenticidad, porque la fuente de ella, mi padre, Manuel A. Acosta (Ripipín) tuvo la oportunidad de tomarlas de primera mano.

ANDRÉS CUEVAS (Anduquita) Aunque analfabeto tenía sentimientos nacionalistas, los que le impulsaron el día 16 de agosto del año 1916 a pronunciar el pueblo de neiba acompañado por quince de sus incondicionales compañeros en franca y abierta protesta por la invasión norteamericana.

A las cuatro de la mañana del día indicado tiroteó en la esquina nordeste del cementerio viejo del pueblo y minutos después siguiendo todo el trayecto de la calle que hoy lleva por nombre “Enriquillo “hizo lo mismo, contiguo a la casa de Rita y Lala medina prestantes damas del pequeño pueblo, en el punto donde comenzaba el “Camino de la República “o sea” el antiguo Camino Real” que conducía a la ciudad de Azua.

Nació en El Estero, hijo de José Ignacio Cuevas (a) ñaña y Catalina Pérez, desde niño demostró su afecto a la agricultura, pero, las tierras áridas de El Estero hacia que sus esfuerzos en el trabajo agrícola resultaran infructuosos. Circunstancia que lo impulsó a emigrar a “Palmar Bonito” de la loma de Panzo. Su trabajo lo llevó con éxito allí, donde construyó su hogar y formó su familia.

El GUERRILLERO: En el año de 1912 Anduquita tomó una decisión y se estrena como guerrillero. Así se convierte en revolucionario bajo los auspicios de general Luis Felipe Vidal.

Su primer enfrentamiento tuvo lugar en “Dos Brazos” paraje de Panzo, contra la guerrilla que comandaba, entre otros, Luis campos. Con pocos hombres bajo su mando peleó con una fuerza compuesta por más de sesenta hombres por espacio de seis horas. Hasta que llegaron en su ayuda algunos compañeros revolucionarios que se encontraban acampados en las inmediaciones de San Pulín para así terminar destrozando al enemigo.

Dícese que en este encuentro se enfrentaron disparándose con sus armas Anduquita y Luis y que este último fue herido de gravedad, habiendo sido transportado a la sección de Guanarate de la Común de Neiba para su curación por un médico o curandero, cuyos esfuerzos resultaron inútiles.

Los compañeros de Luis regresaron con su cadáver de Guanarate a Cambronal donde se le dio cristiana sepultura. Cuentan que mientras velaban a Luis en Cambronal, Anduquita con un grupo de sus hombres se presentó al velatorio con fines de asegurarse de que Luis, hombre de valor, estaba realmente muerto y que no se trataba de una simulación, cosa que era común en esos tiempos de persecución y muerte.

EL PATRIOTA Y MARTIR:
En el año de 1916 Anduquita no fue secundado por la población en su noble empresa patriótica de protesta armada contra la intervención norteamericana. Tuvo pues, que retirarse a las lomas de Panzo huyendo a la tenaz persecución de que era objeto, ya que los invasores enviaron a neiba una tropa a hacerlo preso y fusilarlo, comandada por el Capitán Edwards Robert soldado de la guardia marina norteamericana.
El guerrillero conocía al dedillo todos los escondites de la loma de Panzo esto sumado al aprecio que le profesaban los lugareños hizo imposible su captura. Pero la traición que está siempre al acecho terminó por entregarlo.

Los norteamericanos se valieron de Francisco Melo (panchito) un azuano residente en neiba colaborador de la intervención Norte- americana, falso amigo de Andrés Cuevas (a) Anduquita. Este hombre además de hacerle ver la imposibilidad de llevar a cabo sus propósitos en contra de la ocupación, lo embaucó dándole toda clase de garantías para su vida y ofrecimiento del cargo de Inspector de Alcaldes Pedáneos y armas de fuego para su uso personal y para los suyos. Éste rehusó con dignidad el cargo y las armas, pero aceptó la garantía de vida y libre tránsito para dedicarse al trabajo en sus propiedades agrícolas de “Palmar Bonito” en Panzo.

Al llegar con el amigo que lo entregaba a la comandancia militar de Barahona, fue detenido en el recinto con el pretexto de confeccionarle los papeles de su libertad.
Encerrado en una celda de la cárcel al otro día estaba botando el bache y cargando agua del rio Birán
Pocos meses después el soldado yanqui que lo conducía al rio en su acostumbrada faena le insinuó la huida, y él que se sabía perdido, huyo hacia los matorrales cercanos intentando burlar la persecución del diestro soldado.

Al fugitivo trepar por la barranca del rio el soldado que acechaba su presa lo vio y le disparó.
Dando término a la vida de Andrés Cuevas (a) Anduquita e iniciándose la leyenda del Guerrillero Analfabeto…Patriota y Mártir.

En su obra “ Cerros Ensangrentados “ Rafael L. Herasme Acosta expresa refiriéndose a la situación que imperaba en la región para la aciaga época : “ para cometer estos atropellos, ellos ( los invasores ) recibieron el apoyo servil de malos dominicanos entre ellos alcaldes, quienes hacían las veces de delatores de las personas que se oponían a la situación y muchas veces participaban materialmente en las represalias que imponia el ejercito invasor.


20-6-2009 Wilson a. Acosta s.


martes, 8 de noviembre de 2016


EL TORNADO

Un cuento de:
Wilson A. Acosta S.



De tanto trajinar por aquel lugar que hasta hacia poco tiempo era una tranquila ruralidad,
Roberto, sin proponérselo, se hundió en la complicada maraña de sus tristes y lejanos recuerdos.
Se hallaba solo, sentado sobre el tronco de un árbol recién caído, de los que el lago fue
dejando tirados por el amplio camino en su recorrido inusual de aquellos días locos, cuando
sus aguas amargas, sublevadas, en clara rebelión, casi envenenaron toda la tierra,
arrasando y destrozando las viviendas y los conucos de BOCA DE CACHON….
Ya vencido, Roberto decidió hacer un alto en el camino.

Había salido de muy madrugadita a sabanear sus animales extraviados tras la pausa del cruel
avance de esas aguas que lenta pero inexorablemente también amenazaron con borrar los pequeños
poblados aledaños enclavados en la geografía de la provincia Independencia.

Obligándolos a huir, quedando las familias a la intemperie abandonándolo todo.
Triste drama que forzó al gobierno de la república a iniciar más al norte, lejos del área de peligro,
un proyecto habitacional donde establecer las familias castigadas por el fenómeno.
A pesar de los ruegos de su mujer para que abandonara esa búsqueda considerada por ella inútil,
además de peligrosa, Roberto se empeñó en dar un último esfuerzo, soñando que quizás una buena alma del lugar había retenido sus animales en espera del dueño ¡Porque así de solidarios en la desgracia
suelen ser la mayoría de los hombres de estas comunidades!…

Su mirada se perdía en la extensa playa ya invadida totalmente por las aguas.
Estas desde hacía un tiempo, provocaban el pánico en los habitantes que contemplaban indefensos cómo desaparecía la vida y se transformaba el paisaje, tragado poco a poco por las fauces insaciables
de nuestro hermoso mar interior.
Ya el día se le venía encima, había perdido la noción del tiempo, no obstante, nuestro hombre,
aun persistía en su inútil empresa. Confundido, empujado por ese mundo de carencias y de pobreza
propias de sociedades olvidadas puestas al margen del progreso, condenados por la injusticia de los que mandan y por la abulia e indiferencia de los que deberían exigir justamente sus derechos.

Cuando Roberto comenzó a escuchar un ruido infernal que parecía salir de las entrañas de la tierra
y sintió un calor abrazador que le quemaba el cuerpo, corrió aterrorizado, yéndose a refugiar
en el interior de las ruinas de una vivienda abandonada, de aquellas que apenas quedaban en pie
después de la tragedia…
El sueño y el cansancio lo vencieron y transcurrieron las horas…

Roberto despertó al día siguiente en su hogar rodeado de su angustiada familia,
rescatado tras una intensa y desesperada búsqueda.
Con una expresión de espanto y de incredulidad en la mirada, comenzó a narrar una fantástica
e increíble historia, pero que para él era muy real…

Por eso, la hilvanaba muy despacio, precavido, sin omitir detalles, observando el rostro
de aquellos que le oían, masticando las palabras, en busca de algún gesto de incredulidad,
temeroso de que sus gentes creyeran que él alucinaba, que había perdido la cordura,
o que la mala hora del día de ayer que lo tomó en la playa del Lago cuando yacía oculto entre
los restos de un bohío abandonado, además de borrarle la conciencia pudo haberle borrado la razón.

Les decía:
Yo me hallaba sentado a orillas del camino sobre un árbol caído, absorto
en las profundidades de mis pensamientos, frustrado por haber perdido la esperanza
de hallar mis animales, cuando de repente, un extraño sonido que parecía salir de las profundidades
de la tierra me trae a la realidad.
Enormes nubarrones se esparcen por el cielo y el día comienza a obscurecer como si fuera de noche,
grandes granizos descienden de las alturas y se aglomeran golpeando sobre la tierra húmeda,
una inmensa lluvia cae furiosa como si Dios abriera todas las compuertas del cielo para ahogar
la humanidad…

Entonces al dirigir la mirada hacia el Lago, entre una sucesión de truenos y relámpagos,
contemplo dos enormes figuras semejantes a dos tubos grises muy anchos que se elevan desde
la superficie del lago hasta conectarse con las nubes…
Corrí desesperado, y me interné en las ruinas de aquel bohío...
Esa visión es lo último que recuerdo antes de que mi conciencia se desvaneciera
agredida severamente por el terror que se adueñó de mí.

Roberto calla, y tras un momento de expectación espera con inquietud la reacción de aquellos
que le oían… casi sentía sobre si la burla como respuesta a su increíble historia…
De repente ve, por la puerta abierta que comunica su habitación con el patio de la casa,
tres animales dentro del corral paciendo tranquilamente…

Se dibuja una interrogante en su rostro:
Son tus vacas Roberto, le explica con ternura su mujer adivinando su confusión,
estaban amarradas al tronco caído de un árbol cuando te hallamos inconsciente en la playa…
¡Aja! contesta el pobre hombre con la voz entre cortada
¿Las perdonó igual que a mí la mala hora? ¿Las vomitó el demonio que ayer vino a tragarse el Lago?

Ese día amaneció la página de FACE BOOK en el internet y la prensa digital, difundiendo
la noticia del extraño fenómeno que conmocionó a los habitantes de toda la provincia independencia…
Mientras Roberto, recluido en el patio de su casa seguía dando gracias a Dios por el milagro de su
vida y de la aparición de sus reses, pues aún no se reponía de aquella trágica aventura vivida
a orillas del Lago Enriquillo, cuando inocentemente creyó que solo él había sido testigo de esa
increíble y diabólica aparición…
¡De la que me salvé! decía para sí, con la triste mirada fija en el cielo.

Su amigo Pedro que lo observaba con curiosidad desde lejos, lo llama a voces
y le explica:
¡Oyeee amigo Roberto, dice la noticia, que el
demonio que viste ayer en la playa del Lago se llama TORNADO!…

lunes, 29 de agosto de 2016

AMOR

Wilson A. Acosta S.

¡Oh amor! eres más viejo
Que la edad del universo
El tiempo no te podrá dañar
Más veloz que la gacela
Más altivo que el águila
Más puro que el silencio
Inocente, infantil… una flor
En botón
De ti está hecho el corazón
Del hombre….
Las dos almas, que en tu nombre,
Ocultas en las noches esparcieron
Sus semillas
Cosecharon estrellas
Y juntas para siempre
Cierran los ojos para evitar sus lágrimas
Unen sus labios para apagar la sed
El más cruento dolor
No quebrará sus alas
De mariposa encantada

sábado, 9 de julio de 2016

MI AMIGO RAFAEL MATOS [Tatata}
A su memoria
Wilson A. Acosta S.
Desde el día en que ocurrió la trágica muerte de Rafael Matos sentí el deber de perpetuar su recuerdo en un escrito que narrara con sencillez lo esencial de su entrega al trabajo político que asumió con coraje y desinterés personal en el partido revolucionario dominicano, a la vez, destacar los méritos ganados en buena lid, que como muchos otros jóvenes sacrificados, dejó como impronta en su paso por esta vida.

Bueno, hace tiempo que la idea me daba vueltas en la cabeza, bregando por salir, en pos de luz, cual si fuera una hermosa mariposa en lucha tenaz con la trampa fatal de una tela de araña… A veces desaparecía el sentimiento, para luego por cualquier estímulo exterior volver cual ave fénix no a surgir de sus cenizas, sino, de lo más íntimo y misterioso de mi conciencia.

Por lo que aquí estoy, decidido, a muchos años de su partida, con una breve pincelada en mi blog escrita a su memoria:
Siempre me ha atormentado la pregunta de si ha valido la pena la lucha, la dedicación, y en numerosos casos el sacrificio de una juventud que creyó en un sueño, que vivió el embrujo de una ideología plasmada en libros y cátedras para muchos difíciles de descifrar, pero que declamaban de memoria con pasión y sincero fanatismo…

Y es que la asociaban con sabiduría a esas ansias de justicia social que ardía en ellos, al pensamiento y los hechos heroicos de los grandes revolucionarios acontecidos o que estaban aconteciendo, que admiraban con iluso deseo de emular, como fue la revolución cubana y nuestra gloriosa revolución de abril.

Se veneraba el nombre y la memoria del coronel Caamaño. ¡Hasta los niños sabían de él! En las plazas, en las calles y en las escuelas se desafiaba con patriótico fervor a las fuerzas represivas del régimen, mil veces frustradas en su empeño por asesinar las ideas; porque las ideas no se matan, se combaten con otras ideas, nunca con un fusil deshonrado ni con la persecución la muerte o la tortura…

En aquellos tiempos a los que aludo se oía hablar de Marx de Lenin, del Che Guevara de Fidel Castro como si fuese de cualquier hijo de vecino, en los barrios en los campos, en los pueblos por más lejanos que estuviesen.
El profesor Juan Bosch con su partido blanco fue estandarte y esencia de esas luchas, y su postulación a la presidencia de la república en el año 1966 representó la última esperanza de aquel maravilloso sueño que terminó con el triunfo de las huestes reformistas.

La guerra fría que se libraba entre las dos grandes potencias se libró también radical y despiadadamente en todos los países subdesarrollados de américa latina y del caribe. En nuestro país hizo explosión con ribetes de tragedia.

La sociedad de Neiba como el país entero tenía su reducida población tristemente dividida en dos grandes bandos radicalmente opuestos que surgieron después de la revolución… ¡Las familias se separaron!
En medio de ese embrollo, mi amigo Rafael inquieto e incansable militante del partido revolucionario dominicano, junto a decenas de jóvenes de igual catadura, se jugaba la vida. A diario libraba su pequeña guerra patria en los predios de la provincia, en micro mítines y reuniones clandestinas, saltando verjas, poniéndose a buen resguardo con la guardia pisándole los talones, cobijado bajo la inmensa sombrilla de aquel viejo roble que jamás inclinó la cerviz ante el peligro o la sonsaca: Don Néstor Matos.

En esos menesteres conocí a Rafael Matos, recién yo llegado de la capital donde realizaba mis estudios universitarios, enviado por la dirección del partido, luego de participar en las actividades de la organización del frente universitario social demócrata, a unirnos a la campaña electoral por la candidatura de Juan Bosch.

Fuimos amigos desde el día que nos presentó Don Néstor en la terraza de su hogar; su temperamento nervioso, su oratoria altisonante, su permanente disposición al trabajo partidario, hicieron de él en poco tiempo un líder juvenil que trascendió los límites de muestra provincia y lo hizo merecedor del reconocimiento de las altas instancias del partido.

Pasado el trance de la derrota electoral, la organización se dedicó a una actividad casi clandestina en razón de que nuestras reuniones siempre eran interrumpidas por los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional que rodeaban nuestro local; acusando de subversivos apresando y desconsiderando a dirigentes y militantes con la intención de aterrorizarnos.

Más tarde, el fallido intento de participar en las elecciones municipales en 1968 causó desaliento y frustración en una parte de la dirigencia del partido en nuestro municipio, que consideraba segura la posibilidad del triunfo, por lo que se inició una estampida de aquellos dirigentes disgustados hacia el partido reformista de Joaquín Balaguer.

Mientras todo esto acontecía, mi amigo Rafael, incansable, proseguía la formación de clubes juveniles barriales en nuestra provincia y en parte de la provincia independencia, haciendo las veces de asesor, de facilitador, de recaudador, de conferencista, viajando con asiduidad a la ciudad capital en busca de orientación para mantener viva la llama del perredismo en la juventud de nuestro sur profundo.

Rafael no pudo construir un legado material a su familia, ya que todo su tiempo su esfuerzo y sus pocas oportunidades las dedicó al fortalecimiento de su partido en el que depositó sus ilusiones y sus aspiraciones futuristas. Pocas personas distinguieron en Neiba el perfil de nuestro amigo, de este formidable ser humano que aunque desprovisto de un alto grado de escolaridad era brillante, con una clara inteligencia cultivada al fragor de la lucha de su militancia política.

En mis ratos de diversión siempre me fue grata su compañía. Cantaba con mucho sentimiento las bachatas del “Añoñaito” Luis segura, y gozaba y reía repitiéndome mil veces la historia de un agricultor que resacado y confundido en una madrugada llamaba a voces sus hijos que aun dormían conminándolos a levantarse diciendoles “Muchachos, levántense y pónganse el maíz para que comencemos a sembrar las chancletas”…

Una tarde casi noche, un movimiento inusual fractura la tranquilidad de la Neiba de aquellos días, personas en tropel corriendo alarmados, vehículos de motor a toda prisa circulando por la amplia avenida 27 de febrero rumbo al hospital, triste presagio, me impulsó a salir a la galería de mi casa y preguntar en voz alta a alguien que transitaba por la acera: Qué está sucediendo. Y este sin detenerse me contestó: Rafael se cayó de un motor y se mató. Cuál Rafael inquirí. Una voz me contestó: ¡Rafael Tatata!

Me conmovió la noticia, realmente le profesaba a este hombre admiración y afectos. Luego entendí, reflexionando sobre su sentida muerte, que el fruto de su larga lucha se le había hecho cada día más lejano, por lo que su indomable resistencia ya no lograba evadir el estado anímico que le arrinconaba. ¡Cosas del destino! Pudo haber caído años atrás bajo el asedio de los anticomunistas que siempre lo persiguieron con intenciones homicida ¡Oh misterios de la vida! De todas esas escaramuzas salió ileso.

Rafael Matos merece de mí este humilde recuerdo. Porque juntos vivimos momentos de sincera camaradería. ¡Se lo debía!
La muerte evitó que el pudiera asistir al triunfo electoral de su partido en el año 1978, pero, también le evitó el disgusto de asistir al desmoronamiento que hoy amenaza con desaparecer esa entidad política por la que vivió. Puesto que a ella dedicó todo el trayecto de su corta existencia.

martes, 26 de abril de 2016

En Soledad

Wilson A. Acosta S.

Para apartar de mí la soledad
Cuando me encuentro absorto
Sólo tengo que pensar en ti…
Lo mismo que para llenar
De feliz bullicio mí callado mundo
Nomás me basta recordar tu casa

En ocasiones la loca algarabía
De tu lejana risa, hace huir
De un tirón mi soledad

Y como por encanto, aparece
El fantasma de tus flores,
La magia de tu aroma y de tus besos
Salir del viejo cofre de tus bisuterías
Que reposa en íntima orfandad
Entre cosas añejas, que ayer fueron
De ti las preferidas…
Y que hoy, apenas son cenizas olvidadas
de mi hoguera…

Cuando el recuerdo trae a cuestas
En su abultada alforja mis vivencias lejanas
Y las derrama sobre mí como derrama el rio
Sus aguas en cascadas cristalinas
Entonces,
La memoria que me asoma a ti
Cual lágrima de un cirio solitario
Me niega el sosiego y no permite,
Que restañe la herida

¡Que compense el dolor de tu partida!
Y me condena a vivir de tus recuerdos
Completamente solo…
¡En plena soledad!…

sábado, 23 de abril de 2016


POEMA 3
Wilson A. Acosta S.

Si al despertar de una mañana
Descubres con tristeza
Cuando desplaces tus manos cariñosas
En busca de las mías
Un cuerpo inmóvil y unas manos frías
No permitas que te ahogue el llanto
Evita que te atrape la agonía

Piensa que vivo el más dulce de los sueños
Eleva al cielo tu mejor plegaria
¡Olvídate del luto, amiga mía!….

Guárdate de las palabras quejumbrosas
No derrames tus lágrimas preciosas
No susurres mi nombre con dolor

Ruega a la divinidad que me perdone
Si contra ti alguna ofensa tuve
¡Nunca culpes a Dios por mi partida!…
Fue que hice una alianza con la divinidad
Sin que lo sepas
Y dispuse con letras indelebles
¡Al ser tan corta en este mundo la estadía!
-Puesto que para dar amor casi no alcanza-

Que al despedirse mi alma de esta vida
Yo esperaría paciente, en la eterna morada
El calor que tus manos me ofrecían

Y el vuelo suave de tu alma blanca
Posarse sobre mí…enamorada…
Dándome amor y luz bajo sus alas
Después de haber vencido la distancia…

.



viernes, 26 de febrero de 2016






UN MADRIGAL

Wilson A. Acosta S.

No te alejes de mí porque tu ausencia
Podría causarme estragos si te alejas
No dejes que se extinga esa llama
Que juntos encendimos una noche de amor

Es que a los sueños debemos dar abrigo
Tal como se da el abrazo entre dos almas
O el dulce arrullo de dos aves canoras
Cuando afanosas tejen, el nido de su amor

No olvides mis palabras ni mis dulces “te quiero”
Que yo, no olvidaré tu risa y tu candor.
Que el fuego de tus ojos
Sea un eterno lucero en todas mis mañanas
Y tus brazos mi abrigo si me invade el dolor…