jueves, 27 de junio de 2013

LA HISTORIA EN VERSOS
Wilson A.Acosta S.

Desde mucho antes de la edad media tanto en Roma como en los pueblos Bárbaros existió una clase de poetas identificados como juglares trovadores o cantores, que hicieron arte y poesía para la distracción de los señores y el propio beneficio personal.
“Actuaban en las plazas de los pueblos y en los patios de los castillos señoriales”.

De la segunda mitad del siglo X111 al siglo X1V predominaron los juglares líricos que fueron los ensayos primitivos de la poesía española.
Iban declamando, de ciudad en ciudad por todos los caminos, brindando de su arte en sus hermosas composiciones distintos episodios de la vida real, unos felices otros trágicos, algunos de género épico, pero siempre adornados por el mito y las creencias que constituyen la sal de sus culturas milenarias por lo que no podían separarlos de sus aventuras guerreras, de sus sublimes cuentos de amores y desamores, de los actos personales de valor de sus héroes que contribuyeron a dar fuerza y cohesión a esas sociedades del ayer lejano.
De la madre patria heredamos los dominicanos el más bello exponente de la rima y la cadencia espontanea: “aquel cantor rural” que con sus versos rústicos perfumó la campiña de la patria plasmando en coplas y en décimas a veces musicalizadas, al son del Tiple, en la mangulina, o a ritmo de carabiné, los hechos de la historia nuestra, inspirados quizás en el mismo momento en que acaecían o en el último suspiro aun audible de los mártires, con el olor inconfundible de la sangre a sus pies derramada por el hermano, o con el grito estentóreo del caudillo aun resonando en los oídos, que los llamaba a la lucha sin cuartel por la supervivencia. Componiendo endechas y reclamos de amor a la mujer amada en el solaz y el ocio que les proporcionó la vida regalada de la crianza realenga, la agricultura de subsistencia y el abandono, que nos marcó por tanto tiempo.

Esos cantores también eran soldados, por lo que las letras de sus composiciones contienen relatos verídicos. Fueron ellos parte en el protagonismo de esas gestas que transformaban maravillosamente en versos.
Las luchas y las rivalidades políticas inspiraron a estos hombres sencillos, analfabetas, que endiosaban con lealtad irracional a los caudillos que los hicieron pelearse como enemigos irreconciliables.

Esa grandiosa manifestación poética surgida de lo más profundo del corazón del pueblo ignaro, constituyó un baño de cultura vernácula de reafirmación en sus lejanas raíces traídas de Europa por los conquistadores y de África por los esclavos negros, unidos en un armonioso sincretismo. Una herencia invaluable que nos dejó, que nos obliga a preservar, para el recreo y orgullo de nuestra idiosincrasia mulata, pues ese brote de versificaciones nacido de nuestro pueblo nos dio identificación en las artes y las letras y guardó nuestra memoria cultural.

Junto a esta manifestación cultural se desarrolló otra expresión en un estrecho círculo de una clase social con acceso a la educación, preparada intelectualmente, cuya posición económica les permitió viajar a Europa tras el rastro de su ascendencia hispánica, por tanto, algunos se cultivaron allí, conociendo “in sito” las instituciones de aquella rancia civilización, convirtiéndose en escritores de historia, de ensayos y de novelas, dueños de una poesía culta de elevado nivel literario, atributos de los que no gozaba por razones lógicas la composición de nuestro “poeta rural” enclaustrado en las grandes zonas campesinas de su media isla, prisionero obligado del estancamiento y del atraso, siempre con sus sentidos alerta ante la inminente amenaza que se movía contra la heredad y la familia desde el lado occidental de la isla, o ante aquella que venía, apoyada por malos dominicanos, de allende los mares .

Veamos algunos ejemplos de la expresión poética de nuestro pueblo campesino y rural en las distintas etapas vividas desde la separación de Haití, pasando por la Restauración hasta la gran guerra contra Báez que duró unos seis años.

Como inicio, leamos una simple estrofa del insigne poeta Félix María del Monte de su ODA A LA HERÓICA PROVINCIA DE AZUA, inspirada en ocasión de la batalla del 19 de marzo para que aquilatemos la diferencia en la expresión culta y la expresión rural a que he hecho alusión más arriba:

Qué falta ya a tu gloria, adorada Azua?
Di….qué falta?...nada si no historia,
Que deje de tus hechos la memoria
Para ejemplo inmortal eternizado.

Mientras que a esa misma gesta del Rodeo y del 19 de marzo en los campamentos del sur se cantaba de la siguiente manera:
Dice Turpén Ponsoñé
Que en Neyba clava la espuela,
Porque la tropa e Santana
Es brava como candela.

El fiero enfrentamiento entre los trinitarios los conservadores y los rivieristas tuvo sus manifestaciones en versos en esa etapa crítica de nuestras luchas por la separación, veamos el siguiente enfrentamiento:

Rivieristas:

¿A dónde los de la cuadrilla
De la loca independencia?
¿Qué dirá de Su Excelencia
Los restos de esa pandilla?
Parece que el grillo chilla
Y en su chillido imponente
Da gozos al inocente
Y aterroriza al insano
Yo puedo gritar ufano:
¡Viva nuestro Presidente!

Los Duatistas:
¿Preguntas por la pandilla
De la loca independencia
Para después en su ausencia
Ir a mendigar la silla?
Tú sí que eres la polilla
Que con villano aguijón
Roe la nueva facción
La que después te engrandece
Porque esto siempre acontece
Al que no tiene opinión.

Cuando Santana a mediado del mes de agosto del año 1848 decide abandonar el poder, asediado por sus crímenes, y se encamina hacia El Prado, con el fardo bien pesado sobre sus espaldas por el aniquilamiento de los Puello (José Joaquín y Gabino), del general Antonio Duvergé (Buá), María Trinidad Sánchez, y parte de la juventud que se le oponía. No obstante tanta indignidad, el pueblo llano decía:

Si Santana se va pal Seibo
Mamá yo me voy con él
Por no volver a encontrarme
Con lo negro en Jacomel.

Mientras otros cantaban:
El Libertador creyó
Que el amor era batata,
Y se ha quedao en El Prado
Como perico en la estaca.

Santana tiene un machete
Amarrado a la cintura
Para desyerbar la calle
Por donde pasa Ventura.

Con las pasas de Ventura
Puede hacerse una escobilla
Para limpiarle las botas
A don Tomás Bobadilla.

El arribo del exilio del general Santana para unirse a la revolución de los sectores liberales del cibao compuestos por comerciantes, agricultores, intelectuales en 1857-8 causó gran sentimiento de júbilo en la tropa que había puesto sitio al gobierno de Báez. Este acontecimiento fue inspiración de coplas y de cantos en el pueblo y en la soldadesca que sitiaba la ciudad de Santo Domingo.

Ejemplo:
Cuando Santana llegó
Donde estábamos nosotros
Nos quisimos volver locos
Dándole gracias a Dios
Ventura se alborotó
Cuando contáronle el caso:
Que llegaba ese guapazo
A fijarle su bandera,
Que el camarón que se duerme
Se lo lleva la chorrera.
Mientras que un cantor cibaeño más avispado lo explica de forma diferente, al son del Tiple:
¿Y quién lo trujo? Vaiveide (Presidente del Gob. Revol.)
Parece que le remueide
Que el otro sea Presidente,
Y como jice la gente
Le debemo repetai…

Otros cantan este breve coro de adiós al caído presidente Buenaventura Báez a son de mangulina:

Buenaventura
Toma un consejo,
Vuélvete al clepe
No seas pendejo
Que las ofertas
Dominicanas
Son más volubles
Que las campanas
Este proverbio
Tenlo presente:
“tú no te duermas
En la corriente”.

Otra copla cuartelaría se expande:
Santana pidió cacao
Ventura se lo negó
Ese maldito pasuo
El diablo se lo llevó.


El pueblo también derrama sus lágrimas y las deja escritas para la posteridad en la memoria histórica. El dolor queda plasmado en los versos del cantor sureño cuya inculta expresión hace más viva y real la descripción de aquel drama del fatal fusilamiento de Francisco del Rosario Sánchez junto a sus veinte compañeros el 4 de julio del 1861 en El Cercado de San Juan, un hecho ignominioso que llenó de vergüenza la república.
La queja y el llanto del pueblo, cantaba para entonces así:

Lo que aquí en San Juan se ha visto
¡Qué caso tan inhumano!
Matar a 21 cristianos
Sin tener ningún delito
Eso daba compasión
Cuando leyeron la sentencia
Con tanta humildad y paciencia
Que quebraba el corazón
El jefe de la expedición
Se puso pañuelo blanco
Y dice Francisco Sánchez
Vamos a morir Benigno
Dentro de tantos amigos
Horroriza y causa espanto
Me causa maravilla
Un Rudecindo de León
Que abrazó sin dilación
Al señor Pedro Bonilla
A Félix Mota boca arriba
Así como se lo explico
ese general, Francisco,
que a todos consolaba
Dijo que en Dios aclamaba
Sin tener ningún delito.
Un Gabino Simonó
Y un llamado Juan Erazo
Le hizo el cuerpo pedazos
La bala que le atravesó
Así que Sánchez cayó
Salieron dos dando gritos
Cuántos hombres tristecitos
Sin poderlo remediar
¡Es cosa de no contar
Lo que aquí en San Juan se ha visto!

Preguntamos nosotros ¿Quién fue Rudecindo de León? y nos contesta la Historia: Este mártir fue el “Gran Medio Mundo” “El León de Cambronal” fusilado con dos neyberos más, junto al Patricio en el Cercado.


La copla que sigue es una muestra de que muchos dominicanos hicieron causa común y se adhirieron al hecho de la anexión, en estas letras descubrimos cómo el instinto popular acusa con discreción y malicia:

Se fueron los españoles
¡Cosa buena nunca dura!
Y quedaron los azuanos
Recogiendo la basura.

En la guerra de los seis años contra el gobierno de Báez hubo muestra de cansancio y derrotismo entre la tropa Azul que lideraba el general Cabral junto a los hermanos Ogando, Pablo Ramírez (a) Pablo Mamá y otros, por lo que en los Cantones se cantaba así:

Cabrale si esto se pierde
Yo te tiro un revolbazo
Que na má tú vas andando
Y fumando en tu cachimbazo
Ventura acaba esa guerra
Cabrale acabala tú
Pa’ que to’ lo derrotao’
Acaben con esa cru´

En el sur profundo se le llamaba al general Cabral “El señor del cachimbazo” porque usaba un cachimbo más grande de lo común.
El sur amaba y elogiaba al presidente Báez en sus cantos de la siguiente manera:

Ventura me da chaqueta
Camisilla y panamá
Cómo no queré a Ventura
Si nos vuelve a goberná
Cuántas mujeres encueras
Debajo de ese Lilai
Esperando la abundancia
Que mande Ventura Báez-

La muerte del general Lowezquí Lamarche en el asalto dado por los revolucionarios o Cacoses a la comandancia de Neyba causó una gran confusión entre la feligresía neybera al ser confundido su cadáver con el Cura Párroco pues Lamarche era un hombre blanco de abundante cabellera lacia y barba copiosa. El cantor plasmó el hecho de la siguiente manera:

Señores vengan a vé
Cosa sin comparación
Quién ha visto un padre cura
Metió en revolución?

Hermano de dónde vienes
Yo vengo de los Cantones
De tirarle a los Cacoses
Balas sin comparaciones
Cacoses: así le llamaban despectivamente las tropas del gobierno a las guerrillas revolucionarias.

Lo dice Ireno Carlita
Nalguita de plato llano
No quiere con las mujeres
Ni que le pongan la mano

Ireno carlita miembro de la guerrilla llamada La guabará del general Pablo Mamá que operaba en Panzo, era un bravo combatiente oriundo de Rincón hoy Cabral de donde era oriundo también el General Pablo.

Luciano de Vargas (a) Solito gran amigo y lugarteniente del presidente Báez era azote en el sur de los revolucionarios (Cacoses) cantador y bailador en las fiestas que organizaba en Barbacoa donde residía su novia Eufemia Báez allí se le rendía admiración y adherencia:

Solito ¿Cuándo te va?
Yo me voy de madrugá
Tengo unos amores nuevos
Y no los voy a dejá!
Muchacha no llore má
¿Cómo no voy a llorá?
Que Solito ya se vá
Con su cinta colorá (color distintivo de los partidarios de Baez)
Solito no vuelve má!
Si supiera que cantado
Te hubieras de divertí
Toda la noche cantara
Aunque perdiera el dormí
Quien deja un amante noble
Siendo firme en el amor
Es lo mismo que dejar
Oro fino por el cobre

Es importante aclarar que el sentimiento anexionista tuvo poca expresión en los versos del cantor popular que sí castigó con fiereza a todo aquel que dio su apoyo a ese nefasto acontecimiento. Las décimas del vegano Félix González fustigaron al Padre Moya en 1862 por su postura anti-patriótica. Veamos parte de sus décimas que se repetían en el Cibao:

Ya se acabó el Padre Moya
Que teníamos en La Vega
Al abandonar sus ovejas
Por dile a serví a L’Epaña
Algún día dirá ¡malaya!
En qué me he metió agora
Si hubiera tenio memoria
Como joven de talento
¿Quién creía del Padre Moya?

Mientras que en los campamentos españoles los dominicanos anexionistas y racistas respondían a los patriotas:

Los negros dominicanos
No quieren los españoles
Y se van a Puerto Rico
Sin camisa y sin calzones
Papá come gato
Santo domingo
No quiere blanco
Papá come perro
En santo domingo
No hay más que negros.

Ya a principio del siglo xx veamos cómo se expresan nuestros versificadores en el sur profundo:
“Viejo el Mocho” natural de Barbacoa, mote que se le endilgó tras haber perdido un brazo de manera accidental, fue vejado por” Che Blanco” natural de Los Rios, en la gallera de Neyba cuando de manera burlona le dijo: "Hombre manco no es parä".

Al término de las jugadas, a la hora de partir los jugadores para sus respectivas comunidades “Viejo el Mocho” se adelantó en el camino que conducía desde el pueblo de Neyba a Barbacoa y a Los Rios, apostado junto a un Córbano Jachao’ le fractura la quijada de un disparo a Che Blanco y este al caer del caballo desde el suelo dispara a su vez a su agresor y le ocasiona una herida que después de varios días causa la muerte de Viejo el Mocho. La Copla no se hace espera musicalizada en una mangulina que se baila en todas las fiestas de la región:

A” Che Blanco” le tiraron
De la barba a la quijá’
Por amigo de decir
Que hombre manco no e´pará

Las coplas del bravo guerrillero de Barbacoa Lucas de Sena (a) Lucas Merón o Carnavá, víctima del desorden institucional que se vivía en nuestro país fue autor de hermosos versos que fueron musicalizados a ritmo de mangulina:

Yo soy potro e´ la sabana
Naiden’ me pone la silla
Corcobiando o columpiando
Soy como me da la gana

Yo ante ‘era Luca Merón
Y ahora soy Carnavá
General por la mañana
De noche y de madrugá

Nuestro Juan Antonio Acosta (a) Totoño decía:

Ha llegado un forastero
Con el nombre de portillo
Con el peso del martillo
Le tapamo el agujero
¡Tate quieto forastero!
¡No te metas con neybero!

Delito tiene el que juega
Delito tiene el que apunta;
Delito tiene el que mira:
¡Están en la misma junta!


Nuestro pueblo siguió cultivando a través de la historia hasta el día de hoy ese género poético rural que desde sus inicios puso a vibrar el corazón de la patria con la sensible y genuina interpretación de sus sentimientos. En sus estrofas depositó el pueblo los registros históricos de sus lejanas aldeas; Los sucesos importantes quedaron impresos para la posteridad en esa rima tosca que cuenta historias verídicas, que en nuestra región de Cambronal tiene como vivo exponente aquellos versos sin igual que relatan la suerte del buey “CABO’E VELA” musicalizados primero como Mangulina y más tarde llevados al ritmo de Merengue; también aquella famosa décima que narra la muerte del coronel Mandé, bailador, enamorado y presumido soldado restaurador, Baesista como la mayoría de los sureños, muerto en una emboscada cuando festejaba en el pueblo de Rincón hoy Cabral en la época de la guerra contra Báez.

Veámosla:

Mandé yo te lo decía
Y no pusiste atención
Que no pusiera ese baile
En el pueblo de Rincón
Ya mataron a Mandé
¡Oh mi Dios tú no eres justo!
Al permitir que muriera
Un hombre de tanto gusto
Cuando matán a Mandé
Las mujeres lo lloraron
¡Tan bonito como estaba
La noche que lo mataron.


“La poesía culta y la plebeya tienen igual mérito como elemento histórico”, “La opinión del pueblo no está en la prosa, sino en la copla vulgar, que es su genuina expresión”. Esa verdad se traduce en la obligación que tenemos de hacer llegar esta expresión que debemos sacar del olvido, desenterrarla, rescatarla de las profundidades donde yace oculta, recordar las denominaciones comunes que han de mantenernos unidos culturalmente.
“La prosa es de los cultos, la poesía es el lenguaje de todos”. La opinión y la historia del pueblo dominicano está en sus raíces culturales y una de las más significativas e importantes manifestaciones de esas raíces está en nuestras Décimas y en nuestras Coplas:

No le llamen Presidente
Llámenle Ventura Báez
Que es hijo de Mai-Teresa
Esclava de Pablo Báez…
Palomita voladora
Palomita charlatana
¿Cómo quiere Telesfora
Que yo olvide a Sebastíana?