lunes, 12 de marzo de 2012
EL 13 DE MARZO DEL AÑO 1844:
UNA FECHA MEMORABLE
Wilson A. Acosta S.
No me cansaré de ponderar los aportes y los admirables sacrificios que la población de nuestro Sur profundo rindió en aquellas épicas jornadas que precedieron a la proclamación de la independencia o la separación de los dominicanos de la República de Haití.
Neiba constituía para esa época sin lugar a dudas uno de los núcleos sociales de mayor importancia de aquellas poblaciones, que se hallaban enclavadas en todo el trayecto que va de la frontera con Haití hasta sus límites territoriales con la ciudad de Azua, que fungía como el pueblo con más categoría, de más edad en la región, y comprendía bajo su jurisdicción a toda esa amplia franja del Suroeste que llega hasta la hoy provincia de Independencia, y más al norte hasta San Juan de la Maguana.
Fueron las familias azuanas las que en el siglo XV111 por mandato de la Real Audiencia de la Colonia fundaron todos estos pueblos que adquirieron categoría de Villas o Parroquias ,dándose después en ellos una lenta pero efectiva simbiosis que integró a todos los habitantes que se negaron abandonar la región cuando fue declarada y ejecutada la devastación en los años de 1606, 1608 a 1612, manteniéndose contra viento y marea, desafiando la autoridad de la Metrópoli, prosiguiendo sus relaciones de negocios con los habitantes de la próspera colonia del oeste de la isla.
Un Neybero ilustre Don Tomás Bobadilla y Briones fue el autor del manifiesto del 16 de enero del año 1844 que circuló por todo el territorio nacional exponiendo los motivos fundamentales de la lucha por la independencia, documento que fungió como una constitución provisional, hasta que el 6 de noviembre fue votada la primera constitución por los constituyentes reunidos en la ciudad de San Cristóbal, en la que el genio de Bobadilla junto a otros pro-hombres dominicanos se ocuparon de su elaboración dada su experiencia constitucional reciente, adquirida en la asamblea constituyente de Puerto Príncipe, que redactó la primera constitución liberal de Haití a fines de 1843 . Además de todo lo anterior, hay que resaltar la influencia que ejercían sobre el pensamiento de nuestros patriotas la constitución de los Estados Unidos de América de 1787, las primeras constituciones de la República Francesa y la constitución de Cádiz de 1812. Todos estos ejemplos fueron referentes para su elaboración.
No obstante, el modelo más influyente fue la constitución de Haití de 1843, pues, varios constituyentes dominicanos habían sido miembros de dicha asamblea que se reunió en Puerto Príncipe, y compartieron el sentimiento liberal de esos revolucionarios haitianos, junto a los cuales conspiraron y derrocaron el gobierno absolutista de Boyer.
La proclamación de la independencia constituyo un parto sin dolor, no fue antecedida por cruentos enfrentamientos o combates bélicos, en eso, si no ha sido la única en hacerlo, ha de formar parte de un reducido núcleo de países. Los dolores y los enfrentamientos bélicos fueron posteriores, le precedieron. Entonces la frontera del sur de la república recién creada se convirtió en el escenario de los hechos heroicos más extraordinarios. Los sureños jamás permitieron al mil veces superior ejército haitiano traspasar los linderos de Azua, donde llegaban exhaustos y diezmados por una guerrilla auxiliada por el amplio conocimiento que poseían sus capitanes de nuestro terreno, propicio a las emboscadas. No se les dio tregua, sembrando el camino de cadáveres, haciendo surgir en el invasor el derrotismo y la desmoralización.
Consumado el hecho de la proclamación de la independencia, decididos los haitianos a recuperar la autoridad y restablecer el orden y el dominio perdido sobre la parte Este de la isla, el presidente Charles Herad atraviesa la frontera con tres grandes Divisiones de su ejército, una al mando del general Souffrount que siguió el camino de Neyba bordeando el Lago Enriquillo, cuya avanzada estaba al mando del general Augusto Brouard. Esta fuerza tenía como finalidad unirse con las tropas comandadas por el propio presidente charles Herad que avanzaban desde San Juan de la Maguana; las fuerzas que avanzaban por la frontera norte convergerían en la ciudad de Santo Domingo con los cuerpos de ejército que entraron por el sur y que debían tomar la capital.
Pero, la historia se explica por sí misma, esos planes fueron frustrados por la valentía y la determinación de los dominicanos.
El 13 de marzo del año 1844 se da la primera acción de armas contra Haití. En un paraje conocido como “La Fuente del Rodeo” (futuro fundo del legendario general Pablo Ramírez (a) Pablo Mama) Fernando Tavera, uno de los Neyberos firmante del Acta de Independencia, enfrentó a los haitianos después de haberlos sometido a constante hostigamiento, con las guerrillas bajo su mando, desde el momento en que pisaron nuestro territorio.
Fue esta la primera acción de armas contra Haití, allí se derramó la sangre generosa de Fernando Tavera que en su empeño por abatir al General Augusto Brouad recibió una herida de gravedad de la cual salvó la vida milagrosamente. El pantano, la Fuente y las espinas fueron aliados definitivos en defensa de nuestros soldados pobremente armados y con poca instrucción militar.
Dice Don Freddy Prestol Castillo en un hermoso trabajo histórico publicado hace décadas en el periódico “LISTÍN DIARIO” con el título de” PATRIA, HOMBRES Y ESPINAS”, que:
“Los hijos de NEYBA demostraron el valor de siempre. Y el pantano se puso rojo. Después de la acción, y cuando HAITÍ se dio a la fuga, en desesperada retirada, el ojo de agua del pantano quedaba rojo como el de los borrachos. Primera página de nuestro coraje. Primer laurel del hato de EL RODEO, cuyas reses a partir de ese día, oirán los estampidos de nuevos combates años después, cuando sobre su mismo ámbito, los dominicanos mal armados, combatirían contra el Duque de Leogane, y finalmente contra los españoles en LA CANELA.
Pudo así –prosigue el insigne escritor – HAITI al amparo del mayor número de tropas, y merced al excelente parque, aplastar el esfuerzo de los de NEYBA, antesala de la acción de AZUA, y amenaza la ciudad heroica e ilustre donde vivió HERNÁN CORTÉZ”…
Sin ánimo de disentir o de tomar partido en la calificación de “ESCARAMUSA o de BATALLA” como algunos han calificado indistintamente la acción de EL RODEO, su gran mérito reposa, haciendo abstracción del sacrificio y patriotismo del Neybero, en ser esta la primera acción de guerra por la independencia en que se derramó sangre dominicana, SANGRE que brotó de las venas venerandas de FERNANDO TAVERA, por lo que es conocida en los anales de nuestros fastos como “EL BAUTISMO DE SANGRE”……….
Fue de tanta significación la ayuda que las espinas, piedras, guasábaras y cactus dieron a las guerrillas neyberas, que según Don Fredyy Prestol Castillo, después de este acontecimiento, cuando el vecino occidental amenazaba con invadir nuevamente el país en su empeño de unificar la isla bajo su dirección política, surgía el CANTOR ANÓNIMO DEL VALLE DE NEYBA para dejar oír “su canto altanero al son del clásico Tiple”. Y decía así:
De Yacomelo a los cayos
Pusién una guarnición
Y pa’ su mejor ocasión
Baján a jugá su gallo
Muy imposible lo jallo
De volver aquí, perecen,
O se tragan las espinas!
Y cantó el gallo e Molina
Que en su cantar nos ofrece
Que volverá a los tres meses
A recoger sus gallinas.
Y se pregunta el Autor: “¿Hubo traiciones en aquella guerra?” “Historiadores y especialistas dirán lo de lugar, pero la amenaza para traidores o invasores es la misma: ¡LAS ESPINAS!”
Lo que se deduce de las estrofas siguientes es que algunos malos dominicanos, prefiriendo aquella nacionalidad, decidieron marcharse a HAITI, haciendo causa común con los invasores que nos habían gobernado por 22 años, y a juzgar por la expresión del cantor, hubo tanta prisa en la huida que no tuvieron tiempo para recoger sus gallinas………..
¿Que diremo mis amigos
Con estos dominicanos
Que se han dio a lo haitiano
Buscando mejor abrigo
De Dio tendrán su castigo
Y en NEYBA con las espinas
Por su traición tan indina
En la vida volverán
Y si pisan en GUZMAN
Cantó el gallo e’ Molina
Volverán a los tres meses
A recoger sus gallinas.
Expresa el historiador Emilio Rodriguez Demorizi en su obra " Santana y Los Poetas de su Tiempo", que en el Sur de la república después de las jornadas del 13 y del 19 de Marzo se cantaron Coplas compuestas por el Cantor Anónimo. Veamos las siguientes:
Valientes dominicanos
vamos todos a pelear
para defender la Patria
y ganar la libertad.
Allí pereció Sansón
con todos sus filisteos
así perecerán de haití
esos negros bandoleros.
Dice Turpén Ponsoñé
que a Neyba no vuelve má
porque la tropa e' Santana
no ha dejao¨ni un mañé
Dice Turpén Ponsoñé
que en Neyba clava la espuela
porque la tropa e´Santana
es brava como candela
Tiempos atrás estas fechas eran recordadas con profundo respeto y sentimiento patrio, las autoridades gubernamentales, las escuelas e instituciones civiles, se unían en actos y manifestaciones oficiales y populares, y la exhibición de la bandera nacional se hacía obligatoria en todos los frentes de las casas y edificaciones privadas o públicas.
En las escuelas de entonces se estimulaba al niño desde sus primeros años al conocimiento de la historia. Y el interés de formar ciudadanos conscientes se iniciaba en los primeros cursos de la Escuela Primaria con la prédica de los maestros, que nos hacían saber desde un principio que vivíamos en una isla, nos enseñaban a dibujarla y a separarnos en ella de la parte oeste que ocupa la república de HAITI . Aprendimos que ellos, los haitianos, nos gobernaron por 22 años y que tres grandes hombres padres de nuestra patria nos liberaron de ese yugo junto a otros grandes líderes, apoyados por el pueblo, que ofrendaron sus bienes y su sangre por la separación, por lo que constituía un deber guardar eterno agradecimiento, amor y respeto a su memoria.
Nos instruían sobre el triste destino de nuestros aborígenes exterminados por la crueldad del régimen político y económico de explotación esclavista de los conquistadores, enseñándonos a discernir esas tradiciones. Los relatos del trágico fin de Anacaona, el martirio de Caonabo y la lucha desigual librada por Enriquillo fueron episodios muchas veces comentados en las horas de clase……
¡Nos enseñaron a conocer y amar a la patria! ¡Nos inculcaron el sentimiento de respeto por sus símbolos!: El himno, el Escudo, la Bandera. ¡Cantábamos a la Patria a sus héroes y a sus heroínas!
Hoy soplan otros vientos, y hay quienes piensan que si se mantiene el camino que trillamos, habrá que redefinir la significación de los conceptos tradicionales de Patria de Ciudadano y de Nación.
El individualismo extremo y el hedonismo cirenaico han cautivado la mente y las aspiraciones de una parte significativa de nuestra sociedad y ese ejemplo se expande como una epidemia.
Para muchos, ser nacionalista, amar la Patria y honrar los héroes, es una herencia o atavismo que se debe superar…
Entendemos nosotros que tanto los líderes de la nación como las instituciones del gobierno, deben retomar la educación cívica en las escuelas, poner énfasis en la enseñanza de la historia de nuestro país a niños y jóvenes, como único recurso para crear conciencia ciudadana en nuestros futuros hombres y mujeres, para que estos entiendan que nuestra patria es el fruto del sacrificio de las pasadas generaciones y que este legado tenemos el deber de conservarlo, sin permitir jamás que se nos contamine con las influencias perniciosas que arrastran esos vientos que hoy soplan amenazando nuestra identidad.
UN SUEÑO IMPOSIBLE
WILSON A. ACOSTA S.
Después que el sol se refugió en tus ojos
Y la noche obscura se derramó íntegra
En el ancho pañolón de tus cabellos
Después que tu altivez sonrojó mis reclamos
Desahuciando el amor que te ofrecía
He perdido la ilusión de esos días a tu lado
He quedado sin fe, abandonado,
Perdido en el insomnio de las noches
De una vida sin sueños
¡Huérfano de tus ensueños!
Suelo ver el fulgor de las estrellas
Cuando miro tu boca semi-abierta
Insaciable de amores,
húmedos labios por tantos besos dados
Cual roja herida, reciente... …fresca
Que desangra en los atardeceres
De tibias luces y rosas mortecinas
He enloquecido, por el vehemente deseo
De morir en la utopia de tu horizonte
Que cabalga sin rumbo en el capricho
Que se ofrece sin fe
Que brama como un mar enfurecido
Como un toro de lidia en mis entrañas
Burlado por la ágil capa del torero
Preludiando el final
¡Mensajera de dolor y muerte!
Cuando las sinuosas olas
Que moldearon tu cintura breve
Te vistieron de gala
Y el bravo mar de tu cuerpo cerril
Desplegó su egoísmo por calles, por aceras
Por veredas por parques y alamedas
El deseo de tenerte
Que atormento con puñales mi delirio
Agonizó impotente como animal en celo
¡Despreciado!
¡Me pareció tan lejos tu mirada!,
¡Tan cerca sus efluvios!
¡Tan imposible el poder retenerla!
Que entonces comprendí mi inútil pena.
¿Quién plantó con esmero,
Las voluptuosas rosas en tu pecho
Erguidas y redondas
cual dos inmensas lunas
Mirando desde el cenit
todo el mundo a sus pies
Rendido y derrotado?
No vuelvas a mirarme
con tus soles ardientes
¡Dame el negro pañuelo de tu pelo!
¡Quiero soñar tu noche,
me conformo con eso ¡
martes, 7 de febrero de 2012
BUSCANDO A DIOS
W.A.A.S.
(Un Poema para Flavio Manuel)
Debo tomar del agua
Que rauda se desliza
Por la pendiente añeja
Que trae el largo cause
De la montaña al mar
Y del mar a las nubes
Y de las altas nubes a la tierra
De ese inhóspito cielo
que la humana ignorancia
Confunde con la morada de los dioses
¡Sólo el agua es morada de Dios!
En sus átomos transita la vida
De la montaña al hombre
Del hombre a la raíz
del árbol que frutece
Del rosal a la espina
De la espina a la carne
del mísero que sufre
Que deambula
por las veredas tristes
Quiero tomar un sorbo
De aquel cáliz sagrado
Que abre de par en par
Las puertas del misterio
Y me moje los labios
con su humedad bendita
Y me deje por siempre
en las entrañas
La divina acritud
de ese bautismo eterno
¡No es eterna la canción
del aire entre los pétalos!
¡No es eterna la rosa!
En los planes de Dios
no existió eso
Solo el amor con ansias de eternidad
ha de llorar con sus propias lágrimas
Y tras la última gota de esas lágrimas
Entonará el aire su canción inédita
Renovando el dolor que ocasionó la herida
en el costado izquierdo del Maestro
Su tortura en la cruz ¡y esas espinas!
lunes, 6 de febrero de 2012
s
UN DESALOJO “SUI GENERIS”
(Recuerdos de mi niñez)
WILSON Acosta Sosa
Es una costumbre inveterada que permanece aún en los pueblos y campos de nuestro Sur querido que las familias pobres posean en sus casas y en sus predios del campo dos, tres o más perros “criollos “de estirpe “realenga” flacos hasta los huesos, patas largas y ligeras, pelo corto color tierra, capaces de perseguir por horas su presa y con una cualidad en especial que los carácteriza: ¡EL ESCÁNDALO! Basta con que uno ladre para que se alborote el vecindario con una horrible discordancia de ladridos que se derrama como un contagio por todos los rincones del lugar…
Estos animalitos suelen tener doble vida: desde la mañana hasta las últimas horas de la tarde son mansos y dóciles, se la pasan araganeando preferiblemente en los alrededores del fogón o la cocina donde se preparan los alimentos, pero al caer la noche, cuando el poblado decide descansar de la faena diaria, por alguna razón se apodera de ellos el instinto animal en sumo grado, se aguzan sus sentidos y entran en un estado de permanente vigilia, se tornan propensos al ataque.
Se unen en pandillas, se agreden unos a otros y casi siempre se dedican a caminar tras de las hembras en celo que son olfateadas a distancias increíbles. Suelen ir tras la carroña de algún animal muerto, desapareciendo por días, para después regresar heridos y maltrechos como si hubiesen estado en un campo de batalla donde libraran una guerra a muerte…
Otros son centinelas en las noches, posesionados del frente de las casas la pasan sin dormir importunando y persiguiendo a todas las personas que por alguna razón deben transitar en altas horas las calles solitarias, estos perros parecen ser soldados entrenados, forman un frente inexpugnable que con dificultad un hombre solo puede franquear ¡ Atentos siempre al más mínimo movimiento!
Fue por eso que aquella madrugada del año 1954 cuando la estridencia del ruido inusual de un viejo vehículo de motor interrumpió la tranquilidad del Barrio de Mejoramiento Social de Neyba, no solo alborotó a la jauría que velaba desde la calle el descanso de sus amos y que decidió perseguirlo con vehemencia, sino que, tambien despertó y desveló a niños y adultos que asustados y sorprendidos escucharon voces de personas trasnochadas que pedían con insistencia la entrega de su casa, por lo que al final comprendió el vecindario que alguien había preferido las horas de la madrugada para realizar su mudanza, y que la consumación de esta les era impedida con una actitud de violencia por una persona .….
Mudarse de madrugada no era muy raro en aquellos tiempos de suprema pobreza, pero tambien de mucha dignidad, es mejor y más sincero decir que era habitual, ya que en ese entonces las familias preferían esas horas del descanso para así evitar la exposición al público de sus desvencijados enceres domésticos o como decían los mayores: “la exposición al público de su vergüenza”
. Aquellos perros famélicos del vecindario acompañaron con sus ladridos los requerimientos hechos por la familia propietaria de la casa al inquilino que con anterioridad a ese día había sido conminado a desocuparla y que prevalido de su investidura de funcionario judicial se negaba rotundamente a cumplir la palabra empeñada…
Los propietarios indignados decidieron acomodar la mudanza en la acera y la galería de la casa disponiéndose a permanecer allí hasta lograr su objetivo…………...
Resulta que en el año 1951 el gobierno de Trujillo ordenó la construcción de unas cincuenta casas o chalet para entregarlas a aquellas familias que no poseían casa propia. Fueron asignadas bajo contrato con el Estado Dominicano, exigiéndoseles a los beneficiarios que fueran familias unidas por el vínculo del matrimonio, con cierta solvencia económica que les permitiera pagar cuotas de doce pesos mensuales por las residencias de tipo A y diez pesos por las de tipo B, estas fueron declaradas como bien de familia con el interés de su protección y seguridad. La pobreza del medio determinó que en algunos de los solicitantes se obviara la exigencia relativa a la solvencia económica…Al cabo de un tiempo el gobierno las donó.
El jefe de la familia a que hacemos referencia en esta narración era un empleado de tercera categoría que había procreado con su esposa si mal no recuerdo seis o siete hijos, su estatus de empleado público le permitió calificar para la adquisición de una de las casas en cuestión.
No pasaron tres meses de su instalación en su flamante residencia cuando dicho señor, cosa que era común para la época, fue trasladado a otro pueblo del Sur por lo que alquiló la casa recién adquirida al funcionario judicial, que además, era soltero; tan pronto ultimó todos los detalles de esta operación partió con su familia al pueblo donde debía prestar sus servicios, entendiendo que le resultaba más económico solventar los gastos de la familia todos juntos. Los salarios que pagaba el Estado eran muy bajos y a Trujillo no se le podía renunciar so pena de ser declarado desafecto al régimen.
Esa madrugada aciaga nuestro hombre regresaba cancelado, derrotado, con la esperanza de que aquel inquilino al que le atribuía cualidades de ecuanimidad y de sensatez se apiadara de él y le entregara su vivienda.
Ya al llegar la tarde, cuando las quejas y las súplicas parecían inútiles y comenzaba la desesperanza a minar voluntades ante la tozuda y prepotente actitud de aquel energúmeno e insensible ser humano, de gran estatura, de tés negra, con un extravió en uno de sus ojos que le daba la apariencia de ser “tuerto”, hizo su aparición, cual Ángel caído del cielo, la abuela de aquella pobre familia dispuesta a intervenir en la tragedia.
Trajo consigo la buena mujer un arma de ataque que resultó letal, tan letal que todo el vecindario entendió que fue preconcebida, llevada con toda la premeditación a aquel escenario, y no fruto de la improvisación…………..
Alzó sus brazos como si clamara al cielo y en voz alta, con la intención de que fuera oída por todos los habitantes del barrio comenzó a decir:
¡Ay Trujillo si tú vieras esto! ¡ El atropello que un funcionario nada más y nada menos que de la justicia está cometiendo en contra de una infeliz madre de familia llena de hijos ¡
¡Quieren despojarle de la casa que usted le regaló!
¡Trujillo, alguien tendrá que decirte esto!
¡Tú le diste la casa y este señor se la quiere quitar!
¡Ay Trujillo, ven para que veas esto!
La señora se detenía en su discurso por momentos para dirigirse a sus nietos y les decía: ¡Mis hijos, digan viva Trujillo!
Los niños a coro repetían ¡viva Trujillo! ¡Viva Trujillo! Y a estos, comenzaron a unírseles las voces de casi todos los niños del barrio haciendo causa común con ellos……
Y todos al unísono, a cada petición de la dama exclamaban ¡Viva Trujillo! ¡Vivaaaaaa!
Entonces como por arte de magia el otrora señor de horca y cuchillo sufre una súbita transformación, se inquieta y el miedo se refleja en su rostro, no contaba con la sabia salida de la señora que en su retórica involucró al Benefactor de la Patria nombrándolo juez del asunto.
¡Por favor señora cállese! Exclama medio muerto de miedo . ¡Ya voy a entregarle la casa! ¡Señora no mencione al jefe en esto! ¡Ya esto se acabó!
En un santiamén el funcionario saca de la casa una pequeña cama tipo “Colombina”, una silla, una mesa rústica, su toga, sus códigos, una maleta, y haciendo entrega de la llave a la señora, contrató a un joven de los presentes para que le ayudara a transportarlos hacia el Hotel del pueblo que entonces subsistía por una subvención que le asignó el gobierno.
Iba como alma que lleva el diablo, tratando de alejarse lo más rápido posible de aquel escenario donde se invocaba el nombre de Trujillo en su contra……………..
Todos temían a Trujillo, y esas peligrosas palabras de la anciana le pusieron la piel de gallina, provocando que los escasos pelos de su negra anatomía se erizaran a causa del terror que le dominaba.
En el frente de la casa quedó la muchachada todavía exclamando vivas a Trujillo…… Mientras tanto, los perros del barrio que parecían adivinar el feliz desenlace, ahogaban con sus ladridos la alegría de todo el vecindario.
¡El desalojo había sido consumado!
domingo, 23 de octubre de 2011

LAGO ENRIQUILLO
OTRA VEZ NEYBA
Wilson acosta Sosa
En Neyba se inició la leyenda desde el preciso instante en que esta comunidad empezó a dar sus primeros pasos de existencia. El trauma las dificultades y los grandes escollos que encontró en el camino de su establecimiento y de su desarrollo como enclave económico social y urbano, le dio la reciedumbre del Guayacán y la persistente decisión de la Guasábara para resistir y vencer todas las adversidades que ha encontrado en esa larga y tortuosa prueba.
La terquedad de su sol inclemente que lo ha templado en la permanente lucha por su supervivencia, ha sido el crisol que le endosa el carácter de un pueblo de hombres introvertidos, desconfiados, valerosos, dispuestos a defender con uñas y dientes la dignidad de su familia y la integridad de su terruño sito en el Sur Profundo, donde la naturaleza es avara y los medios para hacerla parir son escasos. Allí el habitante del campo debe superar con creces el esfuerzo que le es común al que habita regiones más pródigas.
Sus guerreros del pasado cobraron fama digna de antología. Una comunidad que surgió a la defensiva luchando por la permanencia en forma desigual contra las incursiones de antes y después del establecimiento de la colonia francesa,: de cimarronadas, de intrusos, maroteros y abigeos,y de aquellos que se convirtieron en permanentes habitantes del oeste, dando origen a la división en dos de la isla de la Española; luego, pasa por las vicisitudes sufridas por las sucesivas invasiones de los conquistadores capitanes del ejército revolucionario haitiano a partir del año 1801; el incendio y el degüello criminal hecho por las fuerzas de Dessaline en su retirada el año 1805, y las guerras de la independencia y de la restauración de la república. En 1916 humillada por el flagelo de la intervención norteamericana que se mantuvo hasta el año 1924, en cuyo ominoso período el general guerrillero Andrés Cuevas(a)“Anduquita” encarnó el honor y la vergüenza de la región pronunciándose con las armas en las manos junto a sus seguidores de la sección del Estero, de Panzo, y del pueblo de Neyba. Entregando su vida tomada por la traición, que siempre ha estado al asecho de las grandes causas y de sus protagonistas.
Y qué decir del Abril glorioso del 1965, cuando Neyba dijo presente, representada por un nutrido grupo de sus hijos, confirmando la tradición que ya había sentado en su lucha iniciada desde antes de la separación, por los supremos intereses de su patria, de su familia y del futuro democrático nacionalista y liberal de los dominicanos.
Dice la historia que Pedro Santana, el fiero e irreconciliable enemigo y vencedor del haitiano, sentía una gran admiración por la tropa de Neyba y que siempre en sus grandes enfrentamientos con el ejército invasor de occidente, prefirió la presencia de estos a su lado. Como homenaje de reconocimiento a este pueblo de valientes, puso su nombre al brioso caballo que siempre lo condujo a la lucha y a la victoria, le llamó: “EL NEYBANO”. Contrajo lazos de compadrazgo con innumerables hijos de la región, lazos que significaban entonces un compromiso de amistad inviolable y sagrada, como aquella amistad y compadrazgo que lo unió hasta la muerte con Francisco Sosa, el héroe de Cambronal en las gestas por la por la separación de nuestra nación de la república haitiana.
Y qué decir de Ulises Hereaux que vivió y compartió con los Neyberos en casi todo el trayecto de la guerra fratricida contra el régimen del presidente Báez, probando en carne propia el valor de ambos bandos, por lo que en Neyba cultivó amigos y respetó enemigos. Qué, de la amistad y la confianza que prohijó el general José María Cabral para esos mismos días, amigo entrañable de Lorenzo Acosta Pérez que fue a vivir a Samaná donde ejerció como gobernador civil y militar muriendo en el asalto que las guerrillas rojas hizo, dirigidas por el fanático lugarteniente del caudillo rojo Buenaventura Báez, Luciano de Vargas (a) solito al general Cabral, vencedor del español en La Canela, al que la población Neybera impresionada por su gran personalidad y carisma le decía con respeto y cariño: “El señor del cachimbazo”, porque fumaba en un cachimbo más grande de lo normal.
Decir: Neyba, para aquellos tiempos de gloria y de sacrificio, cuando la empresa nacional salía del cascarón como un polluelo indefenso, era lo mismo que decir valor, patriotismo y entrega. Sus mejores hijos, de los que más fruto esperó y obtuvo en su lucha por su progreso y superación material e intelectual, los entregó al ideal supremo de la Patria, sin una queja, orgullosa de la estirpe que dio origen a esa constelación de héroes y de mártires, a sabiendas de que la sangre derramada constituía el abono fundamental de su futuro.
Yo me inicié en el conocimiento y el apego a la historia emocional, intima, doméstica, oculta en el “mapa del ADN” del carácter de los Neyberos, narrada todos los fines de semana, semana tras semana, capítulo tras capitulo, en el inolvidable “ Patio Neybero” de la residencia, en el Ensanche Luperón de la ciudad capital, de nuestro inolvidable pariente Diógenes Noboa Leyba donde era obligada la reunión de los Sosa Leyba, Leyba Matos , Pérez Silfa, Santana del Valle entre otros, y los Acosta Sosa ( mis hermanos y yo) entonces muy jóvenes estudiantes universitarios, narrada (repito),por las voces autorizadas de estos viejos Neyberos de categoría ya desaparecidos, que entre tragos y remembranzas discernían desde los hechos más relevantes de nuestro pasado histórico, pasando por los casos trágicos del “concho primo” irracional e incivil, hasta tocar el recuerdo de los guantes y trochas de beisbol, construidos por ellos en su juventud, hechos de tela en forma rústica, pero, que “no tenían nada que envidiar a los fabricados en el extranjero”. Y de los bates pulidos por sus propias manos, con los que Jesús Reyes (Jesús Genara) y Abelino disparaban bestiales palos que perdían la pelota para siempre entre las breñas y los bayahondales del monte seco, al norte del improvisado campo de juego de beisbol”.
Allí confirmé que José Antonio Acosta Pérez (a) Totoño fue un prolífico juglar tejedor de magnificas coplas, que cantó con ellas al amor, a la patria, a su pueblo y a sus héroes, que se proclamó general en la manigua y se desempeñó como comandante de Armas de la plaza de Neyba, que sus coplas traspasaron el límite del Sur y llegaron al Cibao, muy celebradas en su época, recogidas, escritas y puestas en manos de una hija que las guardó con tanto celo que no tomó en cuenta la acción del tiempo y de la traza. Decían ellos que muchas de esas coplas anónimas que aún perduran en el folklor de la región son de su autoría.
José Antonio Acosta (a) Totoño hermano de Juan Antonio Sargento Abanderado de las tropas dominicanas en "Cambronal", de Julián, de Gregorio, de Lorenzo, de Remigio de Ángel y de Mariquita, hijos todos de Francisco Acosta y de Rosalía Pérez, es el autor de la copla que aun repiten con orgullo las presentes generaciones, en la que retrata el carácter firme pero acogedor del hombre de este pueblo:
Neiba ha sido un baluarte
Desde el febrero fecundo
Neyba no cabe en parte
Y en Neyba cabe to’ el mundo
Siempre se creyó, y fue tema obligado de discusión en las tertulias del ”Patio Neybero”, que nuestro querido pueblo fue uno de los primeros que se fundó en la época colonial, esta creencia se sustentaba en que los hatos de Neyba fueron devastados cuando en los años de 1606 a 1608 el decadente imperio español que no había podido superar la obsoleta política económica y social del feudalismo ya superado por Inglaterra Francia y otras naciones de Europa decretó el abandono y devastación de grandes regiones de la isla para evitar el negocio floreciente del contrabando y el contacto de los isleños con los comerciantes franceses, ingleses y holandeses que invadieron con sus naves repletas de esclavos de géneros y toda clase de mercancías las costas de la isla, que además les proveían de Biblias luteranas, infringiendo así la autoridad del monopolio español, corrompiendo la doctrina de la iglesia Católica Apostólica y Romana y de la Corona española que no aceptaban reformas ni herejías. Fueron desarraigadas por consecuencia y trasladadas poblaciones enteras por lo que la comunidad que se desarrollo en torno a los hatos de Neyba no fue la excepción, pero la verdad es, que aunque existió esa población importante, ella no estaba organizada ni reconocida oficialmente por la autoridad del imperio Colonial.
No obstante esta serie de evidencias históricas tomadas de las viejas crónicas y de documentos que narran todos los hechos ocurridos en la Colonia previos a la fundación de Neyba, sus habitantes aún discuten y buscan con denodado interés la fecha de su nacimiento como entidad política y territorial, casi convencidos, aferrados a la memoria histórica que nos legaron algunos de nuestros antepasados persuadidos de que este acontecimiento data del siglo XV1 como también afirman de San Juan de la Maguana algunos de sus hijo amantes del tema.
Como una prueba de lo que hemos afirmado a ese respecto en los párrafos anteriores veamos lo que dice Manuel Vicente Hernández Gonzales en su obra “La colonización de la Frontera Dominicana 1680-1795” sic “Solano y Bote reseña que: la villa de neiba se fundó en el año de 1735 en este siglo y sus vecinos disfrutan de sus tierras que eran del distrito de azua y alcanzan hasta el término antiguo de Curisaco en la Bajada grande sobre la laguna de Azuey.” Y continúa:
“Así lo asevera Peguero, quien la escogió con la denominación de Santa Cruz de Neiba con familias de la villa de azua. En sus pobladores se puede apreciar tanto criollos como canarios y sus descendientes”. Los que postulan la tesis contraria manifiestan que tanto Neyba como San Juan fueron re-fundadas para aquella ocasión, es decir, que existieron con anterioridad.
Ya para el año 1795 Neyba era una Parroquia del Distrito Marítimo de Azua y siendo en 1801 un Distrito del Departamento Oriental del Ozama Tousssaint la traspasó al Departamento haitiano del Sur; para 1822 fue adscrita al Departamento Haitiano del Oeste, y con la misma categoría de común la Junta central Gubernativa la asimiló en 1844 al Departamento de Azua.
Al crearse en el año 1881 el Distrito Marítimo de Barahona la Común de Neyba fue anexada a la nueva entidad política territorial, permaneciendo bajo la jurisdicción de Barahona hasta el año de 1943 cuando fue escogida para ser la cabecera de la nueva provincia de Bahoruco.
Es indudable que este último paso catapultó esta región que vivía aletargada, olvidada, dependiendo de una economía basada en una agropecuaria de subsistencia y de un tradicional comercio informal e ilegal con la vecina república de Haití que luego fue penalizado y perseguido por la nuevas reglamentaciones impuestas por las estructuras institucionales del sistema de aduanas organizado y puesto en vigencia en primer término por las autoridades de los Estados Unidos de Norte América en el gobierno de Ramón Cáceres (mon), cuando mediante el convenio de 1907 que ratifico el ya establecido en el año 1905, les fue entregado el cobro y la administración de las aduanas del país que se prolongó en todo el trayecto de la ocupación del 1916-1924, y después de esta por los subsiguientes gobiernos nacionales.
La historia se nutre de realidades, estas constituyen el testimonio incontrovertible al analizar hechos y motivos que han originado cambios en el rumbo de la sociedad. Es innegable que Neyba y los pueblos aledaños a partir de la creación de la provincia se encaminó hacia una lenta pero sostenida etapa de progreso; su inquebrantable fe, la perseverancia depositada en el trabajo por sus habitantes transformó, con la valiosa ayuda y dirección del gobierno central, poco a poco, al villorrio cuasi-fronterizo rural y analfabeta en un centro urbano conectado con las demás regiones del país.
En la actualidad la provincia transita por uno de los momentos más interesantes de su evolución, en primer lugar su crecimiento demográfico y económico ha promovido una inusitada movilidad social que nos interacciona con todo el resto del país dominicano, ha surgido y se ha fortalecido una clase media vigorosa, en ascenso; profesionales universitarios y técnicos por centenares. Una juventud inclinada por el camino de la superación con una extensión de la universidad del estado en su propia casa.
Nuestra sociedad se halla en estos precisos momentos involucrada en el ejercicio del quehacer político partidista en pos de las elecciones a celebrarse el 20 de mayo del próximo año 2012, ejerciéndolo en un ambiente de paz de respeto y democracia que nos brinda esta etapa de nuestra historia que surgió como consecuencia de la desaparición del dictador Rafael L. Trujillo el 30 de mayo de 1961,
Es importante que nuestros líderes locales además de estar animados del natural y legítimo derecho que les asiste, de colmar sus metas y sus aspiraciones personales, estén tambien bien persuadidos de que su principal compromiso es el contraído con la comunidad que lo vota y que de ellos espera una leal representación. Que haciendo a un lado los colores y banderías políticas, al final de la jornada, los una a todos su identificación con los ideales de este pueblo de casi trescientos años de existencia, cuya esperanza radica en la sensibilidad social y vocación de servicio de sus mejores hijos e hijas, vocación que nos dejaron como legado aquellos lejanos ancestros que edificaron los cimientos de nuestra sociedad.
22-10-2011.-

EVACIÓN SEGUNDA
Somos mucho más que Tierra y mineral
bajo este sol candente
Bañados por sus rayos
Que han perseguido la noche de oriente a poniente
Y han hilvanado la vida con sus doradas huellas
Desde el primer día
Desde la aparición de la palabra
Desde el primer beso
Desde que el equilibrio universal
sentó sus reales para siempre.
Somos hombre y mujer hechos de barro
Con una lámpara encendida en las entrañas
Y un rio de luz circulando prisionero
Entre los huesos y las carnes humedecidas
Por el ir y venir de nuestra tibia sangre oxigenada
Dando vida a la vida y esperanza a la muerte
Soñando entre los brazos del amor
Que sana desde entonces las heridas
Y es que después de Dios solo el hombre
Discurre sobre sí
Y sobre el misterio de lo trascendente
¡Cuánta maravilla al abrir nuestros ojos!
La conciencia del hombre descubrió el universo
Por lo que yo me niego a imaginar que soy finito
Porque vivo anhelando la infinitud del cielo
Mis ansias de amar y de elevarme
no tendrán fin cuando el tiempo se agote
Y se agote la sangre que da vida
O se pudra la carne en el sepulcro
Y se pudran los huesos
Destrozando en segundos de esa hora fatal
La obra de esas manos taumaturgas
¿Y la conciencia que es una maravilla?
¡creadora de todo lo que existe!
¿Se irá también, definitivamente,
a morar al mundo de la nada?
¿Y esa lámpara de luces encendida?,
¿Después de Dios quién podrá apagarla?:
¿Una débil ráfaga de viento traerá las tinieblas?
¿Una mota de polvo en el camino,
empañará el lucero en la mañana?
O una gota del agua de aquel rio,
Que en su ciega carrera hacia el océano
Provoca tempestades,
¿Podrá rendir esas luces para siempre?
Wilson Acosta Sosa. 22-10.2011
miércoles, 27 de julio de 2011

NEYBA TRAS SUS RECUERDOS (4)
Wilson A. Acosta S
25-7-2011
Es en esos días mágicos de fin de año cuando algunas personas somos presa fácil de la nostalgia. Las fiestas navideñas, el espíritu de solidaridad que se adueña de la familia cristiana, y esa proclividad para la temporada que nos obliga hacer un alto en la cotidianidad. Aferrados un poco a tradiciones y creencias, al recuerdo que nos embarga de seres queridos que han partido para siempre, nos transforma, y nos hace sentir tal como si un extraño huésped se alojase en lo más recóndito de nuestras interioridades, desempolvando viejas y ajadas pero muy íntimas historias, que forman parte consustancial de nuestro acerbo espiritual.
Entonces iniciamos un recuento de esos sucesos lejanos en el tiempo. Y sin proponérnoslo, nos sumergimos en aquellas vivencias que yacen ocultas durmiendo ¡pero nunca muertas! en las profundidades de nuestra psique. Las reanimamos, las palpamos y las sentimos con toda su fuerza y toda su realidad. Episodios tras episodios, sentimientos tras sentimientos, que a veces llegan a tornarnos un poco depresivos, porque casi siempre son esos los hechos que más nos han marcado por el dolor o por la felicidad en nuestra inocente niñez en la época juvenil o en nuestros momentos cruciales más recientes, los que más a menudo afloran y nos persiguen.
Alguien me dijo que esta es una condición de los seres que han sido dotados de gran sensibilidad. De los que no olvidarán jamás el llanto de una madre o la expresión de satisfación de un niño hambriento, que acaba de saciar su hambre…o la última conversación que se sostuvo con el padre ya desaparecido, pero que siempre estará presente……
Un suceso casual, sin trascendencia aparente, en estos días calurosos del mes de julio, me trajo a la memoria algunas de esas viejas vivencias. Por lo que me he sentido movido a desandar con un dejo de tristeza momentos gratos que viví en el Neyba de mis pocos años. Porque el Neiba de ahora es otro Neyba…Es una ciudad donde se ha producido una metamorfosis increíble. La natural movilidad social y la influencia foránea de las últimas décadas la ha revolucionado. Nos ha cambiado. El progreso a convertido sus viejas calles polvorientas en modernas vías llenas de ruido producido por los vehículos de motor que las transitan de día y de noche y que decretaron la desaparición definitiva de los mulos y los burros como medios de transporte, ya obsoletos. Pero siempre nobles y sufridos animales de carga, indispensables ayer para el traslado de los alimentos del campo a la ciudad y del carbón vegetal y de la leña para la cocción de aquellos alimentos. Estos ya apenas existen, son especies en extinción, deberíamos los hombres y mujeres del sur profundo levantar un monumento para agradecer a esta especie animal su aporte mayúsculo en la construcción del desarrollo y la subsistencia de los hogares de nuestros empobrecidos campos. Esforzarnos para evitar que desaparezcan definitivamente en nuestra región. En cambio, se los ha convertido en alimento, los sacrifican y se los comen, emulando la cruel acción que se dio en la hambruna provocada en la región por las guerrillas rojas y azules que combatieron inmisericorde en la famosa guerra de los seis años, contra el presidente Buenaventura Báez para la segunda mitad del siglo XIX- .
En la actualidad la ciudad está sembrada de varillas y de cemento. Una ciudad llena de modernidad que se ha tragado los últimos vestigios de el pueblo aislado y polvoriento de ayer, pero que no podrá, no obstante los cambios y la tecnología, borrar esa memoria histórica, rural y hermosa, que dio vida y fundamento ético a las generaciones que se despiden...
Quizás sea una inútil preocupación esta, la que me hace rememorar el pasado, pero es mi particular preocupación. No sé si solo a mí me acontece, pero siento que las distintas etapas de mi vida ¡todas! tienen un carácter tan particular que casi me convenzo de que cada una de ellas constituye una vida en especial, vividas con toda la intensidad en este pueblo mío y de mis antepasados queridos. ¡Será por eso que las añoro tanto!...
Es como si hubiera vivido y haya muerto varias veces en distintas circunstancias y distintos momentos de mi existencia… Ese recuerdo comienza a fluir incontenido……
CAMBUÉ…venia todos los fines de semana desde La Descubierta. Y las personas que transitaban en los escasos vehículos de motor por la otrora estrecha y solitaria carretera que serpentea todo el borde de las aguas súper- saladas del lago Enriquillo, aseguraban que hacia sin parar, a todo trote, el trayecto de los veinte y cinco kilómetros que la separa del pueblo de Neyba. Corredor incansable, tenia complejo de caballo de carrera. Era un corre caminos….Con sus dos pulgares colocados de forma paralela debajo de la mandíbula inferior, al chocar los dientes, lograba producir un sonido que semejaba el galope de los cascos de un equino al estrellarse contra la tierra dura de los caminos pedregosos del sur.
Su mundo fue muy reducido hasta que a alguien un buen día se le ocurrió llevarlo a Neyba. Entonces descubrió que su pequeño pueblo, el Lago y Las Barias habían constituido una cárcel hecha a adrede para detenerlo, imponiéndole límites a sus ansias locas de trotar. Descubrió que otras latitudes lo invitaban y se abrían prometedoras, y que el mundo era ancho y sin dueño, desmintiendo sin proponérselo la afirmación contraria del peruano Ciro Alegría.
Decidió desde entonces ser un asiduo visitante en los días en que el mercado municipal de Neyba perdía su monotonía y se convertía en una feria muy concurrida. En un hervidero de variopintos personajes. Colmándose las calles aledañas con sus burros y sus mulos cansados, impregnando el ambiente de un olor acre que despedía el estiércol y la orina animal. Con sus árganas repletas de víveres, frutas y legumbres, que traían desde todos los confines de la región para vender, y luego comprar y llevar lo necesario a sus humildes hogares. Este espectáculo visto por primera vez por nuestro amigo, lo prendó de Neyba.
La muchachada del pueblo recibió con alegría al nuevo héroe. Fascinada por el extraño sonido que hacia salir de sus dientes, que simulaba el paso ligero de un caballo. Y él, sorprendido por la simpatía que despertó su arribo a Neyba, sumiso y alegre, se conformaba con algunos centavos dados de buena gana por sus jóvenes admiradores. Todos lo imitábamos. Hacíamos concursos en los quince minutos que duraba el recreo de la escuela primaria para aplaudir al que mejor lo hiciera…Era un pueblo carente de medios de entretenimientos y CAMBUÉ nos conquistó. Nos llegó como anillo al dedo.
Pequeño de estatura, de piel clara y cabello crespo color cobrizo, ojos diminutos casi carentes de pestañas, con alguna dificultad en el hablar. Nos brindaba siempre su espectáculo en el parque central del pueblo, corriendo y a la vez produciendo el rítmico galopar con el constante choque de su fuerte dentadura.
Hasta que un día sin darnos previo aviso, sin preveer el vacio que dejaba en la alegre cotidianidad de la inocente muchachada, CAMBUÉ nos dejó para siempre. Se fue galopando tras otras dimensiones a llevar el solaz y la alegría a otros niños que como nosotros,estoy seguro, le acogerían con el mismo entusiasmo y que apesar del paso de los años guardarian tambien su recuerdo con cariño.
LAS CAÑITAS
Hará algo más de dos décadas, a lo mejor tres, un amigo fue mi anfitrión en un novedoso paseo por la Sierra de Neyba, específicamente, un sector de la Sección de Las Cañitas del municipio de Jaragua.
Para arribar a Las Cañitas hay que trepar por una maltrecha y empinada carretera que semeja una serpiente inmóvil tendida en toda su dimensión desde Jaragua hasta su final destino. En el trayecto, la peligrosa y tortuosa vía no dio un momento de respiro al motor del vehículo que nos transportaba… Por lo que este al terminar el viaje, llegó como un animal cargado y cansado casi a punto de reventar.
Instalado por primera vez en esas alturas impresionantes, escogí con sumo cuidado un promontorio, situado a solo pasos del precipicio, que me sirvió de Atalaya. Dirigí la mirada hacia el sur más allá de la hondonada, y observé sobrecogido de admiración el valle de Neyba que yacía silencioso! ¡Desde hace quién sabe cuántos siglos, junto a aquella pupila azul de incomparable belleza! Una joya elaborada por Dios, a la que una vez el poeta Armando Sosa Leyba, desde su exilio, en uno de sus tantos dias de nostalgia, comparó con el lago de Atitlán en Guatemala.
El de Enriquillo en ese momento estaba en pleno proceso de evaporación. Provocado por los candentes rayos del sol del meridiano que caían sobre el manto pesado de sus aguas amargas impregnadas de azufre. ¡Sol inclemente en esa fuerte hora del día!
Desde allí el valle parecía deshabitado. Toda una selva virgen con diminutos atisbos de civilización a ojos solo de aquel que escudriña con detenimiento la lejanía desde la lejendaria Sierra de Neiba hasta la no menos histórica Sierra de Bahoruco.
El panorama del Lago Enriquillo aparecía empañado por millones de diminutas lágrimas de plata que ascendían a las nubes en un maravilloso proceso natural como un tributo a la madre naturaleza, de sus aguas tranquilas ahítas de sal.
En la montaña el cielo da la impresión de ser un techo bajo capaz de ser tocado con las manos. Es por eso que allí la magia de la noche estrellada hace posible que la imaginación nos transporte a la frenética danza de los astros y nos haga ver estrellas andariegas junto a misteriosas lunas danzantes.
El nativo de la Sierra no puede comprender la carga de emoción que embarga a aquel espectador que por primera vez se enfrenta ante tan grandioso paisaje. Es que en su rutina sin edad, él, se ha asimilado de tal manera a su medio ambiente, que no ha tenido necesidad de detenerse en actitud contemplativa. Porque él es parte esencial de la naturaleza misma en la montaña que es su morada ancestral.
En mi entorno una exuberante flora brota espontanea a montones: la “Hierba de Menta” que derrama su agradable aroma. Flores multicolores todas endémicas que nacen y crecen sin la intervención de la voluntad del hombre. Centenares de enormes Auyamas y de Tayotas perdidas “porque no es negocio” me confesaron algunos, “transportarlos y mercadearlos en la ciudad”.
Baja temperatura. Arboles que parecen desafiar al cielo´, entre ellos los vastos Pinares, las floridas y gigantes Amapolas y la Guama que dan sombra benéfica a los Cafetales. Y a la distancia, podían verse pequeños sembradíos de Apio a cada lado de los trillos que en su constante subir y bajar, hace posible la precaria comunicación en la zona.
Las noches en las Cañitas son de un frio irresistible. El silbido del viento entre las ramas de las altas copas de los Pinos es una melodía fantasmal arraigada en la existencia de la Aldea. A nosotros nos despertaba con un poco de sobresalto, mas, para ellos los nativos, esa melodía es parte de su identidad, de su razón para vivir y morir en ese mundo de Luciérnagas de silencio y de misteriosa obscuridad.
Voy tras los primeros pasos de aquellos hombres y de aquellas mujeres que hicieron de estos montes ,primero su refugio y más tarde su hogar... Me limito en esa madrugada de insomnio a reconocer con los ojos del espíritu que vuela tras los fantasmas de negros cimarrones de indios y de grifos, que un día obligados se aposentaron aquí aliados por el amor a la libertad y por la pasión del sexo,reconocer si, esa odisea que todavia no ha sido bien ponderada de las ëtnias que contribuyeron en la formación de nuestra identidad nacional.
No me es posible dormir, y entonces ruego a Dios para que llegue el nuevo día...
Mi deseo de explorar todo aquello se elevaba como se elevara un Guaraguao gigante sobre el más alto pico de la montaña. Es el vuelo del espíritu inquisidor. Mi pasión se desbordaba en torrentes, aguijoneada por la soledad, el abandono y el silencio de esta montaña y de sus pequeños Valles, habitados por hombres y mujeres y niños, obligados a vivir en permanente espera de un mañana de esperanzas y reivindicaciones que se tarda…. que no llega…………………………………………………………………………
¿Porqué se estremecen de amor y tiemblan,
las flores del cafeto en la mañana, al contacto
húmedo del rocío?
Si es que el amor no ha negado su presencia en este mundo:
¡Cuántas grandes cosas, nos serán posible todavía!
La espera será larga quizás pero no inutil
!El sol de la JUSTICIA redimirá sus sueños centenarios!
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