lunes, 22 de noviembre de 2010


UN EMOTIVO HUESPED SE ALOJA EN CONRIPIPÍN :
DE: " DEJANDO HUELLAS ", del periodista ONORIO MONTÁS, TOMAMOS EL SIGUIENTE TRABAJO.

domingo 26 de julio de 2009
Recordando al amigo, coronel, poeta y combatiente... ...

UN FLACO SERVICIO...

Un pequeño país,
con ríos y palmeras
y campos esmeraldas
y soleados valles,
con inmensas riquezas
que hace tiempo robaron
insaciables ladrones.



Hace unos añitos, discutía con un amigo Coronel Abogado del Ejercito Nacional, en esa época eran pocos los coroneles, había que "guayar la yuca muy bien" para llegar a ese rango, pues estaba a un empujón de llegar a una estrella bajo el escudo dominicano que eran extremadamente escasos. Solo habían un Mayor General (2 estrellas) Secretario de las Fuerzas Armadas Víctor Elby Viñas Román sustituido por Donald J. Reid Cabral el 28 de enero de 1965 y enviado a Washington a la Junta Interamericana de Defensa, 9 Generales de Brigada y dos comodoros (1 estrellas), el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana Atila Luna Pérez, sustituido el 20 de enero de 1965 por Juan (Pimpo) de los Santos Céspedes, Ejercito Nacional Salvador Augusto Montás Guerrero sustituido por Marcos Rivera Cuesta, Marina de Guerra J. A. Rib Santamaría sustituido por Francisco Javier Rivera Caminero, Policía Nacional Belisario Peguero Guerrero sustituido el 19 de enero de 1965 por Hernán Despradel Brache y otro tal vez en el banco. Ah... se me olvidaba había dos generales de brigada inorgánicos Luis Amiama Tió y Antonio Imbert Barreras o aparecidos, solo esos eran los generales existentes, ahora no, ahora hay más de 200 generales, como la verdolaga, están devaluados como el dólar frente al euro, eso si con sus milloncitos todos, su buena casa y sus buenos vehículos, su finca y tal vez su villa en un lujoso resorts, con suerte, de las que regalan los banqueros, empresarios, políticos, o tal vez un "Don", “padrino” o “verdugo” de esos que abundan últimamente.

Pero mi amigo, poeta, culto abogado, que vivía en una modesta casa alquilada en la calle Hilario Espertín (propiedad de los sucesores del general Ludovino Fernández) con un carrito Wolseley, solo le "salía" un chófer, recuerdo que era el raso Eulalio Peralta Fernández (Lalo) y no ejercía su profesión de abogado por ética, porque sus principio eran un valladar, que daba mucha brega brincar, ni siquiera con garrocha, proclamaba. Su nombre Armando Arturo Sosa Leyba. ¡Que no lo olvide nadie!, poeta, abogado, neibero y militar era en el mes de enero de 1965, sentado en un "contén de la acera" frente a su casa, junto a mi eterno amigo Fernando José Fernández Veras acompañado de dos neiberos ilustres mi amigo y compañero de trabajo Silvio Herasme Peña y Sóstrato Arturo Acosta Sosa, su sobrino, poeta y bohemio, neibero ante todo, hoy abogado retirado.

Un secreto a voces...

Nos proclamaba Armandito en medio de una conversación sobre el inminente derrocamiento del Triunvirato de dos, que presidía Donald Joseph Reid Cabral junto a Ramón Cáceres Troncoso, personaje gris que nunca se dejó sentir, que pasó como si no hubiera pasado. Miren, con sorprendente seguridad decía el amigo coronel, "ustedes están equivocados los guardias dominicanos son formados nacionalistas, esa es una herencia de Trujillo, si nosotros los militares derrocamos este gobierno y reponemos al presidente Bosch con el apoyo del pueblo dominicano, no hay nadie en este mundo, ni los americanos, ni nadie nos va hacer echar para atrás, los primeros que los van a enfrentar son los guardias dominicanos, ¡si esos guardias campesinos!, apuntalaba su increíble creencia".


Una lluvia de risas
desprendidas del barro
que es parte. de tu barro
y parte de mi barro
tejerá enredaderas
de dulces alegrías
en la extensión de toda
la ruta sin retorno;


¡Que equivocado estaba el coronel Armando Arturo Sosa Leyba, primo de un general de Trujillo, Diógenes Noboa Leyba, volvimos a conversar de este tema en medio de la revolución de abril en una casa de su tambien primo Héctor Noboa Leyba en la zona constitucionalista, donde se habia arrimado convaleciente con serios problemas de salud, inhabilitado, fue de los que no le besó el culo y las botas de las tropas invasoras norteamericanas y asumieron la guerra patria para no violentar su juramento de soldado de la Patria...

Armandito, murió en el forzado exilio del poeta-combatiente, en Colombia como agregado militar de la embajada dominicana, un fulminante infarto, acabó con su vida, la ansiedad y la pena a sus 44 años se lo llevó.





















Algunos de sus poemas:




EMBAJADA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA



24 de abril


Era un país latinoamericano,
un pequeño país en las antillas
que un día emergió incontenible
de su abismo de sombras.

Un pequeño país,
con lágrimas amargas pegadas a los ojos
y un inmenso dolor clavado. en sus entrañas,
un pequeño país americano
que un día tiró sobre las rutas de un mar esclavizado
su ancestral infortunio
Y quiso revivir la epopeya de Duarte y de Bolívar.

Un pequeño país,
con ríos y palmeras
y campos esmeraldas
y soleados valles,
con inmensas riquezas
que hace tiempo robaron
insaciables ladrones.

Una isla antillana
que hace siglos enarboló pendones de conquistas
en todo el continente americano.

Pero de nuevo
despertaron sus playas
pobladas de piratas, armados de cañones, de bombas y fusiles.
Oh, pueblo! que perforan tu pecho
aviones y escopetas,
donde están tus hermanos de América y del Mundo.


Armando A. Sosa Leyba



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Ansiedad del Olvido


Armando Sosa Leyba

Tengo que irme de viaje,
un viaje largo, sin noción de regreso
y por rutas de olvido
celebrar funerales de tu nombre.
Mi equipaje de ausencia,
sin el más leve asomo de un recuerdo,
llevará la etiqueta de un lugar muy lejano,
no se precisamente donde?
Pero tendrá que ser un lugar muy distinto,
donde la rosa, el alba, los astros, la raíz,
el árbol que frutece y muchas cosas más
no me sugieran esta loca obsesión.
de tenerte prendida aquí en el alma.

Borracho de nostalgia
mis pasos imprecisos serán notas del himno
de un corazón esclavo que empieza a libertarse;
será de noche el viaje, solo, con las palabras
rotas en el duro silencio del paisaje.

Podrá ser que inoportunamente
aquel viejo sereno, cazador de luceros en el parque
me pregunte la hora, o adonde vas...?
Quizás me solicite un cigarrillo
para quemar los últimos reductos de la noche…?
yo seguiré indiferente, mudo
y absortas las miradas de infinito.

Tu estarás más dormida que nunca,
tal vez un sueño leve de algo sin importancia:
Por ejemplo, el próximo vestido para la fiesta próxima,
la tienda de efectos femeninos,
el último muchacho que te lanzó una rosa en la palabra,
o aquel que con los ojos
te hizo trizas el vestido el último domingo.

Después, con todos los caminos cerrados de regreso,
con la palabra nada crecida aquí en el pecho,
yo seré en mi lejana residencia de olvido :
un hombre nuevo, hueco de ti
y vacío del imposible anhelo de tus cosas.



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Canto para el Futuro



Cuando la primavera
madure les estambres
y tu materia sienta
el calor de la mía;
Cuando el cansancio sientas
de la espiga cargada y caigan desde el tiempo
nueve lunas maduras; del viento de la tierra
brotará el agua pura
y veras su existencia
prolongarse en el tiempo
con sus frutos de carne.

Un lazo de ternura
de su frente á tu frente
de su frente a la mía
florecerá de ensueños
y dulces esperanzas
y emprenderemos juntos
largo viaje por todos
los caminos del mundo;

Una lluvia de risas
desprendidas del barro
que es parte. de tu barro
y parte de mi barro
tejerá enredaderas
de dulces alegrías
en la extensión de toda
la ruta sin retorno;

Surgirá de su fuente
una canción de vida
y correrá tu fuente
y correrá mi fuente
la noche será corta
para sentirlo todo
el día será corto
para mirarle todo
y envolverlo en tus versos
y envolverlo en tus versos.

Un día los años habrán poblado,
de árboles el camino
y tu nombre y mi nombre
viajaran con el tiempo.

Armando A. Sosa Leyba



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Elegía a Francisco Bueno



Era un largo silencio de inertes corazones,
era un duro silencio de apagados clarines,
de tumbas olvidadas; era un quebrar de alas,
un perecer de trinos,
un enterrar de voces y esperanzas.
Pero llegó Francisco, ágil, incontenible,
valiente, audaz, con temblor de epopeyas,
en los labios y un sol de redención en las miradas.

Como el águila con las alas tendidas
en urgencias as alturas,
con la heroica estatura de sus antepasados,
llegó Francisco Bueno;
fue entonces que su grito de libertad
saltó de cumbre en cumbre
con amplitud de cielo redimído.
Y Francisco volando entre agrestes montañas
portando la bandera de su patria.

Después todo fue un viaje
de eternas dimensiones;
y el nombre de Francisco como un sol refulgiendo
sobre nuevos caminos de esperanzas.

Quién solloza en la tierra…?
Y ese fluir de lágrimas deslizándose.
en enfermas mejillas…?
Quién fecunda la tierra con el río de sus venas?
Por qué tanto dolor, tanto albergar el odio
el corazón del hombre…?
Sucede que Francisco fue un tributo de sangre,
para que no haya sangre, para que no haya lágrimas,
para no haya odios ni dolor en el mundo.

A. Sosa Leyba (Poeta y combatiente)











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Poema de tierra sur



No es la tierra donde crece de acordes
La sinfonía del agua,
ni donde la rosa ríe con el alba.

No es la tierra donde los árboles
se quiebran de racimos
ni donde los caminos
florecen primaveras.

No es la tierra que canta
con labios de estaciones florecidas,
no es la tierra crecida
de músicas de pájaros
y trajeada de espigas;
no es la tierra
de aromadas praderas encendidas;

Es la tierra del cactus
sempiterno vigilia de los años
de epidermis sedienta
y raíces delgadas.

Es la tierra del dolor,
tierra de angustias
donde la luna pálida
se disuelve de lagrimas,
donde un viejo crepúsculo
sangra de tardes trágicas,
donde el aliento ultimo del hombre
en surcos de dolor se concretiza.

Tierra de imploración
donde entibiada brisa
crece de signos tristes
enfilado hacia el cielo.

Tierra ardida de sol
trenzada de caminos
en actitud de espera confundidos.

Tierra, extendida plegaria
baje un cielo indolente.

Tierra, tierra,
sedienta tierra sur
en el vivo reclamo de su vientre.


Armando A. Sosa Leyba

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